Todo comienza
La ceremonia de inauguración y Otra película de huevos y un pollo.
El primer día del Festival terminó con poco glamour, pero una gran sonrisa.
La ceremonia de inauguración se llevó a cabo en un gran teatro de la ciudad. Decorado e iluminado como uno esperaría de un Festival de este calibre, sí. Pero, a excepción de unos pocos, faltó la presencia de las grandes personalidades que se ha anunciado estarán de visita en los próximos días.
Con poco bombo y platillo, Daniel Gimenez Cacho y Ofelia Medina leyeron de un teleprompter lo mismo que 
encontraríamos en cualquier comunicado de prensa. Que Colombia es el país invitado, que este año competirán 13 largometrajes iberoamericanos de ficción, 14 mexicanos; 14 documentales iberoamericanos, 13 mexicanos y que agradecen mucho (¡mucho!) a los patrocinadores del evento.
Después, se presentó un homenaje a Pedro Infante, emotivo sin duda, y tuvimos oportunidad (aunque sea a través de escenas fragmentadas y por poco tiempo) de disfrutar de algunos de sus clásicos, en una pantalla inmensa: La época de oro, en todo su esplendor. Para recoger su Mayahuel de Plata, estuvo presente su hija, Lupita Infante Torrentera. El ídolo más grande que ha tenido México, sigue más vivo que nunca en la mente y corazón de los cinéfilos nacionales.
Luego, lo malo. La confusión. Los anfitriones no supieron con seguridad si también se entegaría el Mayahuel a Victor Gaviria (director Colombiano) en ese momento, o en alguna otra ceremonia. Después de preguntar abiertamente si se haría ahí o no, alguien les gritó desde fuera del escenario que sí, que lo presentaran, pero al hacerlo, nadie subió al escenario. Pasaron algunos segundos incómodos (que si nosotros los sentimos larguísimos, imagino que para ellos deben haber sido como horas) y por fin salieron dos figuras a entregar el premio. Nerviosos, presentaron a los encargados de darle el premio: Gabriel García Marquez y Paola Moreno, ministra de cultura de Colombia.
Y así, Gaviria agradeció al Festival y a sus organizadores y se dio por finalizada la ceremonia de inauguración. Ahora sí, a ver la película que abriría la edición número 24: Otra película de huevos y un pollo.
Al igual que la primera entrega, la cinta es divertida, no hay duda de eso. La animación es de primera calidad, y se notan los casi tres años de trabajo que le metieron. Felicidades a los hermanos Riva Palacio, que han logrado convertir lo que en algún momento fue tan sólo un forward que pasábamos entre los cuates, en una franquicia cinematográfica redituable y de primera calidad. Se agradece que los chistes no sean albures, sino chistes de verdad. Simples, sí. Algunos más inteligentes que otros, claro. Pero al final, un muy buen sabor de boca para empezar al festival.
Y, a final de cuentas, ¿qué importa que la ceremonia no haya sido la más lujosa o coordinada? Aquí no necesitamos grandes espectáculos para darle inicio al certamen. ¿Qué importa si hubo equivocaciones o que sus discursos hayan sido escritos demasiado acartonados? Aquí a lo que venimos es a ver cine. Punto. Y de eso, tenemos mucho con qué sentirnos satisfechos. Ya veremos que sucede en los próximos días, por lo pronto, mañana en la mañana (seguramente para cuando ustedes lean esto) comenzamos el día con Gerardo Naranjo y Voy a explotar.
Veamos.
(BTW, disculpen la calidad de la imagen con la que abrí este texto, pero la tuve que tomar un poco a escondidas y con mi celular… )
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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.
