Un Nuevo Comienzo
Los aficionados al horror lo saben bien: cuando el monstruo de la película desaparece al final de la misma, nunca es por mucho tiempo. De los hijos y novias de Drácula y Frankenstein a las innumerables continuaciones de todo slasher que se respete, las secuelas son toda una tradición del cine de terror. Y la […]
Los aficionados al horror lo saben bien: cuando el monstruo de la película desaparece al final de la misma, nunca es por mucho tiempo. De los hijos y novias de Drácula y Frankenstein a las innumerables continuaciones de todo slasher que se respete, las secuelas son toda una tradición del cine de terror. Y la verdad es que, cuando la cinta —o el engendro— en cuestión resulta memorable, el público regresa también por más, una y otra vez. Tal es la naturaleza de la bestia.
Como colaborador de MÓRBIDO, Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror, he tenido el orgullo y el privilegio de formar parte de esta aventura desde sus inicios, cuando el festival no era sino el sueño —pesadilla es sólo cuando faltan minutos para la inauguración, como en este momento— de un puñado de fieles devotos al cine de género. Aficionados a la sangre y a las manifestaciones más extremas del gore o, en el otro extremo del espectro, a las sutilezas que sólo el fantástico es capaz de proveer, la vocación de MÓRBIDO ha sido siempre la de acercar a los fanáticos y al público en general a aquellas películas que se encuentran en busca de un público: al igual que un vampiro necesita de la sangre, la experiencia cinematográfica se consuma sólo cuando filme y espectador se encuentran cara a cara, enfrentados en un juego de espejos en el que resulta siempre difícil decidir quién es tan sólo un mero reflejo.
Así las cosas, en esta tercera edición del festival nos congratulamos de presentar tantos estrenos como clásicos del cine de terror, fantasía y ciencia ficción que se cultiva hoy en nuestro país se proyectan en nuestras pantallas. Al estreno de la película inaugural, Ángel caído de Arturo Anaya, se siguen las proyecciones de Depositarios (Rodrigo Ordóñez, 2010), filme de ciencia ficción que se presenta también por primera vez en MÓRBIDO; La pantera negra (Iyari Wertta, 2010), singular especímen del film noir por vía de Pedro infante —quien vuelve a la vida en la cinta—, Juan Orol —a quien se rinde un nada velado homenaje— y Mario Almada —cuya representación de Dios puede o no ser lo más bizarro de la película—; Purgatorio (Roberto Rochín, 2009); Viernes de ánimas (Raúl P. Gámez, 2007), el documental Perdida (Viviana García Besné, 2009) y, por supuesto, Somos lo que hay, de Jorge Michel Grau —la historia de caníbales que ha cosechado éxitos ya tanto dentro como fuera del país—, cintas todas que demuestran que al cine de género no se le debe dar por muerto en México.
Demos pues inicio a esta, la tercera edición de MÓRBIDO, y a la crónica que desde Tlalpujahua, Michoacán haremos del día a día de sus acontecimientos.
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Staff Cine PREMIERE Este texto fue ideado, creado y desarrollado al mismo tiempo por un equipo de expertos trabajando en armonía. Todos juntos. Una letra cada uno.
