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Cine

Yo, Daniel Blake

17-05-2017, 9:19:13 AM Por:
Yo, Daniel Blake

La cinta de Ken Loach, ganadora de la Palma de Oro en 2016, se convierte en un retrato agridulce y desesperanzador de lo injusta que puede ser la vida.

Cine PREMIERE: 4.5
Usuarios: 4
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El mundo puede ser un lugar aterradoramente injusto. Así nos
lo muestra Yo, Daniel Blake, cinta ganadora de la Palma de Oro el año
pasado, en la que su director, el galardonado Ken Loach, nos hace parte de la
lucha de un hombre que ha sufrido un infarto y que debe solicitar una pensión
que le permitirá descansar y recuperarse.

Con una gloriosa secuencia de créditos iniciales, el
cineasta se apoya en una conversación entre Daniel y una “profesional de la
salud” para mostrarnos los dos ejes principales de su cinta: la dureza y
frustración de Daniel; y el sistema burocrático, inservible y sumamente
frustrante que irá desgastando a Blake poco a poco.

Desde el primer momento en pantalla que vemos al actor Dave Johns, él logra personificar a un Daniel Blake que poco a poco se vuelve vulnerable.
Su mirada está cargada de frustración y preocupación, y sus intentos desesperados
por conseguir lo que es justo –en este caso, una ayuda económica del gobierno
que le ayude a recuperarse de un infarto– nos hacen identificarnos rápidamente
con él y con su lucha.

Para acompañarlo en esta difícil travesía, Ken Loach introduce a
Katie (Hayley Squires), una madre soltera desesperada por la imposibilidad
económica de darle a sus hijos lo necesario para vivir. Estamos frente a una
mujer que prefiere dejar de comer por semanas para que sus pequeños no sufran y para tratar de ocultarles esa terrible situación económica que enfrentan.

Es a través de ellos que Paul Laverty, guionista de la cinta
–y colaborador cercano de Loach– convierte a la cinta en una película más del
realizador que pone el dedo en la llaga de toda una nación y nos muestra ese
lado oscuro –y francamente vergonzoso– de los británicos. Y es que, a pesar de
todos sus logros, el Reino Unido no puede negar esa serie de problemas que han
permeado a su sociedad y que, luego del polémico y peligroso Brexit, han
retomado fuerza. Aunque es una de las naciones más poderosas del mundo, es un
país con altos niveles de racismo, xenofobia y desigualdad que ha dejado a
muchos de sus ciudadanos en la calle.

Es por ello que al final de la cinta, la sensación que te
queda es agridulce y desesperanzadora. Porque el corazón de la historia se basa en un problema universal y te hace ser testigo de los esfuerzos –a
ratos desesperados e inútiles– que la gente debe hacer por sobrevivir en un
país de “primer mundo”. Tengas un problema cardiaco o seas una madre soltera
que debe alimentar a sus hijos, lamentablemente habrá personas que se negarán a
ayudarte. Es sorprendente saber que esa frase de “no señor, usted no tiene
nada” no sólo la padecemos en el Instituto Mexicano del Seguro Social… 

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autor Apasionado de ver, escribir, leer, investigar y hablar sobre cine en todas sus formas. Soy fan de Star Wars, me sé de memoria todos los capítulos de Friends y si me preguntan de cine mexicano, no hay quien me calle. Editor en Cine PREMIERE.
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