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Cine

Zoom

03-01-2017, 2:28:14 PM Por:
Zoom

Una película para adultos que combina la acción real con la animada en una historia descabellada que sigue tres líneas argumentales.

Cine PREMIERE: 3
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Son contadas las películas de origen brasileño que llegan a estrenarse en el circuito comercial mexicano. Ese es el caso de la peculiar Zoom (Brasil-Canadá, 2015), de Pedro Morelli y producida por Fernando Meirelles (Ciudad de Dios, 2002). La película combina la acción real con la animada, al mismo tiempo que integra tres líneas argumentales –las tres relacionadas con el proceso creativo–. Dos de ellas son aparentemente derivadas de una principal, en un ejercicio de metaficción circular atractivo en su formato y en el carisma de sus protagonistas, pero cansino en su afán autoparódico y en sus constantes cambios de sentido en la historia. Se trata de una película sobre la insatisfacción, los prejuicios, la inestabilidad emocional, la falsedad, la artificialidad y el machismo. Pero también es sobre el empoderamiento femenino, los procesos creativos y la posibilidad de conseguir los sueños, y está realizada con desparpajo y con un toque sexual manejado con humor y sarcasmo. 

Emma (Alison Pill) trabaja como diseñadora en una fábrica de muñecas sexuales hechas al pedido de sus clientes. Insatisfecha consigo misma y con su cuerpo, lo que se acentúa más después de las palabras poscoitales de su novio Bob (Tyler Laine), decide agrandarse los senos. En tanto, dibuja una historieta sobre Edward (Gael García Bernal, literalmente animado), un director de cine que dibuja acorde con sus parámetros de perfección pero que es un mujeriego con aspiraciones artísticas. A pesar de ser ella quien crea su historia, decide vengarse con él de los insultantes comentarios de su pareja y lo somete a una repentina reducción de pene (literalmente de un plumazo), lo cual hace que relegue la dirección de su nueva película porque no puede lidiar con Marissa (Jennifer Irwin), la fría y calculadora productora del estudio que solamente acepta sexo para dejarlo ser y hacer. Precisamente es esta cinta, sobre una modelo brasileña llamada Michelle (Mariana Ximenes) que sale huyendo de su aparentemente perfecta vida con Dale (Jason Priestley) para seguir su sueño de volverse escritora, la tercera línea de la historia, la cual, al final, dará el giro más delirante de Zoom.

A pesar de que las tres líneas argumentales van intercalándose y complicándose, Morelli se las arregla para no perder al espectador. Hace el primer cambio de formato, entre la acción real y una animación de motion capture viñetizada, con una naturalidad que encaja perfectamente con el ritmo de la cinta. Incluye elementos de la comunicación actual vía redes sociales como motivadores de su trama. Además de que siempre regresa al punto donde dejó cada historia antes de pasar a la siguiente. Morelli le saca provecho al carisma de la canadiense Alison Pill (de la serie The Newsroom), quien consigue una actuación convincente a base de expresiones, diálogos divertidos y una espontaneidad que se agradece. También logra que el mexicano Gael se convierta en un antipático cineasta gracias a una bien lograda actuación. Y que la brasileña Ximenes, en menor medida, haga de su sensualidad una puerta para su depresión. No obstante, el hecho de que la trama se vuelva cada vez más descabellada, que involucre una carga de droga entregada equivocadamente y a un hombre obsesionado con su mujer muerta hacen que Zoom casi se quede como un intento fallido. Por fortuna, le alcanza para verse como una propuesta con cierta frescura que intenta hacer mofa de los clichés y los argumentos gastados, aunque eso implique ser parte del propio chiste.

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autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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