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Cine

10 razones para ver Love Me Not

24-02-2020, 2:44:16 PM Por:
10 razones para ver Love Me Not

¿Por qué no deberías perderte Love Me Not? Aquí te lo contamos.

En un campamento militar conviven varias lenguas y varios acentos, así como varios personajes motivados por sus deseos. Este lugar incierto, pero en clara alusión a la invasión de Estados Unidos en Irak, es en donde el director Lluís Miñarro ubica a su interpretación de Salomé. En la Biblia, esta mujer pedía a su padre la cabeza de Juan después de bailar ante sus ojos; en la película, la lucha de pasiones toma su propio rumbo, entre imágenes cargadas de simbolismos. Love Me Not es una experiencia a ratos reflexiva y a veces inquietante, una propuesta peculiar en la cartelera.

Aquí te presentamos algunas razones para que te acerques a ella:

1.- ¿Por qué Salomé?

“Esto me permitía unir tradición con modernidad. Podía unificar una cosa que forma parte del sustrato cultural de Occidente, como es la historia de Salomé y la Biblia, y adaptarlo a una situación actual. También tiene unos componentes muy claros, eros y tanatos, y cómo están esos placeres ligados: el erotismo y la necesidad de venganza y sangre. Eso me servía un poco para llevarlo al contexto de la guerra en Irak, los países están en guerra y eso está repercutiendo, principalmente en Europa con estas grandes migraciones, desarrollando armas químicas y con cosas terribles que son fruto de ese momento de 2006”, compartió el director en entrevista.

Love Me Not

2.- Por la trayectoria del director

Se trata del segundo largometraje del catalán Lluís Miñarro como director, quien cuenta con una carrera de más de 40 títulos, impulsando la carrera de directores como Isabel Coixet (en Cosas que nunca te dije), Manoel de Oliveira (en la cinta Excentricidades de una joven rubia), Naomi Kawase (Aguas tranquilas) y Apichatpong Weerasethakul (en La leyenda del tío Boonmee, ganadora de la Palma de Oro).

3.- El elenco

La cinta cuenta con las actuaciones de los mexicanos Hugo Catalán (La casa de las flores), Fausto Alzati (El placer es mío) y Luis Alberti (Luciérnagas, Carmín tropical); con la experiencia de los catalanes Lola Dueñas (Volver, Mar adentro) y Francesc Orella (Los ojos de Julia); y con los jóvenes Ingrid García Jonsson y Oliver Laxe (director de Mimosas). Un elenco plural, pero a todas luces talentoso.

4.- Una Babel moderna

Además de que en una base militar estadounidense podrían coexistir varias lenguas y nacionalidades, al director le interesaba resaltar un aspecto del mito de Babel y abordarlo de un modo diferente a como se hace en la Biblia, en donde la multiplicidad de lenguas se presenta como una maldición a la soberbia de intentar construir una torre que llegara al cielo. “Yo creo que es lo contrario, no es una maldición; el que haya varias lenguas y la gente se pueda comunicar en idiomas diferentes es parte de la riqueza y de la diversidad. Por eso el enfoque ha sido una especie de defensa de la singularidad y de la variedad”, comentó Miñarro.

5.- La carga simbólica

Sobre las influencias en Love Me Not, Lluís Miñarro sostiene que no hay una específica, aunque sabe que está permeado del cine que ha visto a lo largo de su vida. “Lo que sí hay en mi obra de ficción, tanto en Stella Cadente (mi obra anterior) y en ésta, es una gran carga simbólica. Signos, señales, simbolismos, incluso en la estructura del montaje y después en imágenes sorprendentes que aparecen y que no forman parte de una narrativa tradicional. Las provoco porque estos simbolismos forman parte del subconsciente colectivo y no hace falta que se comprendan porque está aquí (en la cabeza). Eso ya elabora dentro del misterio que tiene que tener toda obra artística; yo parto de la base de que toda obra de arte tiene que tener cierto misterio, porque es una manera de que el espectador intente develar ese misterio e intente compartir con esa obra, sea una pintura o lo que sea”

6.- El lenguaje de los sueños

A Miñarro no le interesaba hacer una película lineal y convencional. Aunque considera importante que exista una narrativa, piensa que una película no se sostiene únicamente de eso. “Interpreto que el cine es el lenguaje de los sueños, por un lado, y es el lenguaje de la fantasía, de las luces y las sombras. Uno de los problemas que tiene el cine desde los años 40, es la carga literaria. Hay tanto diálogo y te explican todo que al final las películas parecen obras de teatro o story boards de publicidad. Porque no hay sorpresa. Yo intento, no solo con las películas que he dirigido, sino también con las que produzco, que sean películas con algún misterio y que no sean evidentes. Y la prueba es que las ves unos años después y encuentras otras cosas. Creo que parte de la grandeza del cine es apelar al subconsciente y dejar espacio a que el espectador la haga suya”, expresó.

7.- Mezcla de géneros

La película tiende a ser un melodrama tradicional (y, según el director, uno de los años 70), pero también tiene algo de western. “Ese interés en mezclar géneros cinematográficos, por mi formación como cinéfilo, también es algo que me interesa plantear”, afirmó el cineasta.

8.- El cameo de la Ciudad de México

La cinta tuvo locaciones en Chihuahua, cuyos desiertos sirvieron para levantar el escenario de la base militar en la que se encuentran los personajes, que de alguna manera es un espacio incierto y atemporal. Por otro lado, aunque mucho más breves, las secuencias realizadas en la Ciudad de México se identifican con mayor facilidad. Sin ahondar en spoilers, te adelantamos que podrás ver en pantalla al legendario Marrakech Salón.

 9.- Las reflexiones sobre el género y las identidades sexuales

Al plantearse la idea de retomar la historia de Salomé, el director se encontró con una idea poco vigente de la mujer como “una mujer mala, que, como no responden a sus deseos, acaba con el individuo”. Miñarro pensó en la posibilidad de que, en un contexto actual, tal vez esa mujer ocultaba algún secreto. “Tal vez por eso se conforma de forma tan violenta y por eso el profeta no quiere acceder a los deseos de esa mujer. Le quise dar la vuelta y acercarlo a un tema de debate actual, que es la cuestión de género y esa idea latente que en inglés se dice body matters, de descriminalizar la diversidad”, agregó.

10.- Coproducción mexicana

En la cinta participa el productor mexicano Julio Chavezmontes, uno de los más destacados en este ámbito, pues en años recientes ha estado detrás de películas que se posicionan en los festivales más importantes del mundo, como La daga en el corazón (Cannes) y Tiempo compartido (que tuvo su premiere en Sundance y en la que también participó como guionista).

“(Chavezmontes) tiene un planteamiento muy parecido al que tenía yo cuando comencé a hacer cine como productor, de escoger muy bien, el tipo de cosa que interesa, priorizarlo desde el punto de vista artístico o cultural y hacer todo lo posible por viabilizar otro tipo de películas que sean abiertas y que, de alguna forma, puedan formar parte de alguna manera inmediata del cine. Porque él ama el cine y eso es fundamental”, agregó Lluís Miñarro.

Love Me Not

Love Me Not ya está en cartelera en México.

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autor Periodista y crítica de cine. Le interesa la diversidad de miradas en películas y series. Habla y escribe sobre cine hecho por mujeres, por cineastas indígenas y latinoamericanos.
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