El arte de vivir

Crecer es algo por lo que todo ser humano tiene que pasar. Sin importar quien seas, el madurar hace que te enfrentes a la realidad, el amor, las decepciones y tu propia fragilidad en un mundo tan grande y diverso. Y es justo esto lo que El arte de vivir busca explorar.

La historia se centra en George Zinavoy (Freddie Highmore), un adolescente muy talentoso que tiene una idea fatalista de la vida. El darse cuenta de su mortalidad, lo ha convertido en un cínico con pocas ganas de trabajar. Todo empieza a cambiar cuando conoce a Zoe (Emma Roberts) quien le enseña una perspectiva de la vida diferente.

Aún con una premisa interesante, El arte de vivir no logra cuajar por que no tiene un sustento lo suficientemente fuerte para enganchar al espectador. El viaje del personaje principal no acaba de convencer, porque el fundamento de su ideología no es contundente y eso causa una falta de conexión con el mismo. Lo mismo pasa con Zoe, que termina desencantando hasta el punto que es difícil sentir empatía por ella.

Parte de la culpa es del guión, que en lugar de crear situaciones importantes para los personajes, se enfoca en crear y presentar momentos que se sienten desarticulados y poco trascendentes. Se pierde el ritmo y George se enfrenta a muchas situaciones, que por falta de tiempo y planeación, se sienten banales.

El elenco está repleto de nombres conocidos, que incluyen a Rita Wilson, Michael Angarano, Alicia Silverstone, Elizabeth Reaser, Blair Underwood y hasta aparece la hija de Steven Spielberg, Sasha. El problema es que la cantidad de personajes no permite que éstos se desarrollen en pantalla, y de hecho algunos hasta se sienten fuera de lugar. El ejemplo perfecto son los profesores que ayudan a George, cuatro personajes que básicamente tienen la misma misión en la historia y que desafortunadamente no alcanzan a tener un arco verdaderamente interesante.

Los protagonistas son los únicos que logran tener algunos momentos de brillo, sobre todo en las escenas en que están juntos. Siempre es interesante ver a dos niños actores dar el paso a papeles más maduros. Sobre todo en el caso de Highmore que es recordado por ser un niño tierno en la mayoría de sus papeles.
El estilo visual y la música son los aspectos más positivos del filme. La película trabaja con cuadros y transiciones simples, pero limpias y estéticas con un tono azulado muy agradable. Alcanza a provocar ese sentimiento “artsy” que busca crear, esto ayudado enormemente por el soundtrack que contiene muchos de los clásicos del Indie Rock que se hicieron populares hace unos años.

Al final, El arte de vivir es una “coming of age movie” a la que le falta ese extra para ser memorable. Aun con buenos actores en su elenco, acaba siendo una historia que se toma demasiado en serio y que no logra enganchar al espectador.

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Cristina Vales Cristina Vales fue editora de Cine PREMIERE por casi tres años, sin embargo, su lado geek la ha mantenido cerca. Búsquenla si quieren hablar de Buffy la Caza Vampiros, libros y todo lo que tenga que ver con entretenimiento.