Hotel Transylvania

Si eres
un monstruo y deseas unas vacaciones, nada como un resort “de cinco estacas” para olvidarte de los molestos humanos
mientras convives con otras criaturas legendarias. Un Drácula sobreprotector,
un hombre lobo que es padre de familia, un Frankestein enamorado; todos son parte
ya de la nueva casta de héroes que este año brincan de las historias de miedo a
la comedia animada (tal como sucederá muy pronto en Frankenweenie).

Bajo la
dirección de Genndy Tartakovsky, creador de clásicos de Cartoon Network como El Laboratorio de Dexter, Hotel Transylvania pretende acomodarse
en el corazón de una audiencia que últimamente se ha mostrado muy receptiva a
los monstruos animados. Después de todo, se trata de otra película del género que
en los últimos meses nos muestra a unos cuantos zombies y esqueletos bien
intencionados (no se nos olvida ParaNorman).

La
historia cuenta las vicisitudes que el mismísimo Drácula (Adam Sandler) tiene
que enfrentar cuando Jonathan (Andy Samberg), un humano adolescente, invade su
hotel en la víspera del cumpleaños número 118 de su hija Mavis (Selena Gómez).
Como todo padre sobreprotector, el vampiro de vampiros trata de impedir que los
jóvenes se conozcan y así evitar que Mavis se vaya lejos de casa.

Aunque
el uso del 3D no resalta particularmente en la mayoría de las escenas, el
estilo visual energético y “pop” de
Tartakovsky –que le diera fama también en series animadas como Las chicas superpoderosas o Star Wars. Guerra de los Clones– está
ahí, sobre todo en las secuencias de la electro fiesta de cumpleaños. También
cuenta con un buen doblaje en español, con todo y que la elección de actores
sin experiencia en este rubro generó tensión. Las voces de Mauricio Castillo,
Violeta Isfel, Cristóbal Orellana e incluso de Mimí, cantante y conductora,  se ponen a la altura de sus contrapartes en
inglés (Kevin James, Selena Gómez, Andy Samberg y Fran Drescher).

En
cuanto a la comicidad, el filme arrebata muchas sonrisas, sobre todo en su
inicio, que narra el check in de los
extraños huéspedes. Pero es cierto que una película con una premisa como esta,
con tantas posibilidades de personajes interesantes (¿cuántos monstruos no
hay?) podría haber provocado muchas más risas conforme avanza la historia.
Quizá también se extraña un mayor desarrollo de personajes, como la momia o el
hombre invisible.

Aún así,
el vuelco que propone en la naturaleza de monstruos emblemáticos, su humor bien
intencionado (casi de pastelazo) y su tono relajado (que no intenta hacer
homenaje al género del terror, a diferencia de Frankenweenie y ParaNorman),
hacen de este filme uno muy recomendable para pasar un rato divertido, que a la
vez nos hace preguntarnos cómo es que estas criaturas nos dieron miedo alguna
vez.

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Jessica Oliva Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.