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Cine

El Hobbit Un viaje inesperado

07-12-2012, 3:37:36 PM Por:
El Hobbit Un viaje inesperado

La impecable precuela de El señor de los anillos, basada en la obra de J.R.R. Tolkien, nos regresa a la Tierra Media, con Martin Freeman como Bilbo Baggins.

Cine PREMIERE: 4
Usuarios: 3.5
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Después de 11 años del estreno de la primera película de El señor de los anillos (The Lord of the Rings), de incontables atrasos y problemas en su producción, Peter Jackson nos lleva de vuelta a la Tierra Media con la precuela El Hobbit Un viaje inesperado (The Hobbit An Unexpected Journey). Basada en la obra de J. R. R. Tolkien, la premisa de la historia es muy básica: Bilbo Baggins (Martin Freeman) emprende una aventura con Gandalf (Sir Ian McKellen) y 13 enanos para recuperar las tierras de éstos últimos en la Montaña Solitaria, territorio que fue apropiado por el Dragón Smaug.

La película comienza con 2 cameos que han sido esperados por los seguidores de esta saga: Elijah Wood e Ian Holm (Frodo y Bilbo Baggins, respectivamente). Y desde el primer cuadro, el director nos introduce a la vida de la Tierra Media, a ese particular agujero en la tierra de la Comarca que se preparaba para la fiesta de cumpleaños número 111 de Bilbo…

Para hablar de una película como El Hobbit, es necesario abordar cada uno de los elementos que la componen, sin embargo comenzaré con la nostalgia que involucra regresar a la Tierra Media. Y es que el score de Howard Shore nos mete de lleno a este universo creado por Tolkien, la cinematografía de Andrew Lesnie –ganador del Oscar por La comunidad del anillo– nunca decepciona y el conocimiento de Peter Jackson acerca de este mundo y sus personajes, es más que palpable.

La historia de El Hobbit es, por supuesto, menos épica que la de El señor de los anillos, sin embargo el material de origen así lo requiere y los guionistas Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson y Guillermo Del Toro, respetaron su esencia. Y éste es un punto tanto positivo como negativo, pues al ser una adaptación que se contará en 3 películas, queda claro que habrá secuencias extendidas cuyo objetivo será justificar esta división. Esto es un arma de dos filos, pues aunque hay escenas cuyo extremo detalle le da más poder al relato –por ejemplo los gigantes de piedra, criaturas que sólo son brevemente mencionadas en el libro–, su contraparte es que afecta el ritmo del filme. Es así como entramos al punto más débil de Un viaje inesperado, pues su lento ritmo es contraproducente para la historia, y con sus 166 minutos de duración, queda claro que había espacio donde cortar en la sala de edición.

A pesar de esto, las secuencias que deben emocionar a la audiencia, lo logran con éxito y de la mitad del filme para el final, el problema de ritmo se soluciona. Por su parte, los paralelos que hay con El señor de los anillos son sutiles e inteligentes, y cualquier seguidor de la saga los reconocerá inmediatamente. Sin embargo el clímax real de la historia llega con el encuentro entre Bilbo y Gollum (Andy Serkis), y nadie podrá negar que ésta es la parte que toda la audiencia esperaba ver desde que se anunció la producción de El Hobbit. Y si ya desde La comunidad del anillo WETA, empresa encargada de los efectos visuales, había demostrado su gran capacidad con la creación de Gollum, aquí la criatura vive su mejor momento. La textura de su piel, junto con cada una de sus facciones, gestos y movimientos, nos hace pensar que Sméagol bien podría ser real. Mención aparte a la gran actuación de Andy Serkis, pues las emociones que emanan de este Hobbit son gracias a él –miembros de la Academia, cambien las reglas y denle ya una nominación al británico.

La dirección de Peter Jackson es impecable y logra obtener lo mejor de cada uno de sus actores. Sir Ian McKellen como Gandalf El Gris se siente más que cómodo con su papel, mientras que Martin Freeman se apodera de Bilbo Baggins y lo convierte en un personaje empático para la audiencia. La inteligencia, pericia y humor de este mediano descrita por Tolkien, se demuestra a lo largo de la película y deja en claro que el casting no pudo haber sido mejor. 

En contraparte, el desarrollo de los enanos pudo haber tenido más peso dentro del guión. Y es que al único que llegamos a conocer más a fondo es a Thorin (Richard Armitage), mientras que los demás quedan relegados en terceros y cuartos planos. Acerca del 3D, es justo decir que se trata de un formato innecesario para El Hobbit, pues no aporta nada extra a la película, y sólo obscurece las secuencias. De hecho, conforme avanza la cinta, más de la mitad de la audiencia olvidará que está en tercera dimensión.

Pero si de algo no queda duda alguna, es que la nostalgia de regresar a la Tierra Media es lo suficientemente fuerte como para satisfacer a los seguidores de esta historia. Y si el cántico de los enanos, el paisaje de Rivendell o escuchar a Gollum decir “precious” no los transporta a otro mundo, entonces nada lo hará. Por eso, aunque la película tenga algunos errores de ritmo y desarrollo de personajes, los aspectos positivos de El Hobbit los sobrepasan.

Al final, ésta es una historia que promete dar paso a una nueva trilogía épica e imperdible.

Acerca del HFR 3D 48fps

El
camino que tuvo El Hobbit Un viaje
inesperado
dentro del formato High
Frame Rate
ha sido seguido por todos los medios, incluidos nosotros, y era natural
que existieran muchas expectativas ante su estreno en 48 cuadros por segundo (48 fps).

Las
primeras críticas no fueron muy favorecedoras, el argumento de Peter Jackson
era que el ojo se tarda en acostumbrar a este formato, no en balde hemos visto
películas toda nuestra vida a 24 cuadros por segundo.

Y sí,
los primeros minutos de El Hobbit Un
viaje inesperado
en HFR 3D se
pueden describir en una palabra: raros y hasta una sensación de incomodidad por
ver algo que se mueve “rápido”. Es así que tenemos a Bilbo caminando por su
casa, tomando papel y pluma para escribir sus memorias pero todo a una
velocidad ligeramente más rápida.

Sin
embargo conforme pasan los minutos y salimos de esa locación para adentrarnos,
por ejemplo, en Erebor, los escenarios son simplemente espectaculares, con un
nivel de detalle nunca visto y una gama de colores perfectamente balanceada,
natural sin ningún elemento forzado: donde hay piedra, el tono es real y a su
lado donde hay oro, el amarillo es reflejado naturalmente.

La
lluvia en la secuencia de los gigantes de piedra, aunado a la propia acción de
la escena, envuelven al espectador totalmente y nunca perdemos detalle alguno
sobre dónde se encuentran los enanos y Bilbo, a pesar que tenemos elementos que
podrían obstaculizar nuestra vista como el viento, lluvia, rocas o movimiento
de cámara.

Un
arma de doble filo son los efectos visuales, donde por un lado tenemos al mejor
Gollum creado hasta la fecha, interactuando de manera perfecta con Bilbo,
mientras que por otro lado las águilas se notan sobrepuestas en el paisaje de
Nueva Zelanda.

¿Es
la experiencia visual más perfecta? No en su totalidad, pues las escenas que
sólo involucran a un par de personajes hablando o moviéndose tranquilamente,
regresan esa extraña sensación de ver algo en fast forward. Sin embargo, al final cada uno deberá experimentar la
película en este formato y crear su propio juicio.

Estamos
así ante el primer filme rodado a esta velocidad, posteriormente otros
directores rodarán en este formato y el mismo Peter Jackson habrá mejorado en
las 2 siguientes cintas –donde
seguramente el enfrentamiento con Smaug será espectacular–, resultaría
entonces injusto crucificar esta primera experiencia y decidir que nunca más se
use este formato en el cine. / Sergio López Aguirre

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autor Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com
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