Metal y hueso

Metal y hueso, –sexto largometraje de Jacques Audiard– es una fascinante exploración del tema de la solidaridad afectiva. Basada libremente en un relato homónimo del novelista canadiense Craig Davidson, narra la historia de dos seres vulnerables, uno físicamente, por causa de un accidente; el otro, por un desasosiego existencial que lo lleva a encerrarse en sí mismo.

Stéphanie (Marion Cotillard, también heroína de La vida en rosa), es una joven entrenadora de ballenas que súbitamente ve su vida activa e independiente brutalmente transformada al perder el uso de sus piernas por el ataque de un cetáceo. Su encuentro con Ali (Natthias Schoenaerts), un aventurero temperamental e individualista que realiza trabajos menores –vigilante primero en un supermercado, luego en una discoteca, y también carne de cañón en peleas de box a puño limpio–, abre para los dos, una novedosa perspectiva de entendimiento afectivo y ayuda mutua. La relación dista de ser sencilla y los conflictos afloran de modo, a menudo, muy áspero. Se trata de un largo aprendizaje moral compartido que el realizador describe con sutileza e intensidad dramática.

No es la primera vez que el realizador pone en escena relaciones afectivas asimétricas, donde una persona con una discapacidad física procura una vida plenamente activa con ayuda de un ser primero indiferente y apático, luego solidario. Pero en el caso de Metal y hueso la relación se vuelve más compleja todavía e incorpora el delicado tema de la sexualidad con personas discapacitadas evitando el sensacionalismo. Es una prueba de talento autoral y solvencia narrativa el que Audiard sea siempre capaz de superar el esquematismo de sus tramas y el diseño rígido de sus personajes. Así evita el melodrama en historias románticas y thrillers verdaderamente inspirados.

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Carlos Bonfil