Oz El poderoso – Crítica

Han pasado más de 70 años del estreno cinematográfico de El mago de Oz (Dir. Victor Fleming, 1939), pero la historia de aquella lejana tierra sigue cautivando a las generaciones actuales y como prueba, próximamente podremos disfrutar de nuevos proyectos que continuarán explorando este mágico mundo, siendo Oz El poderoso el primero de ellos.

Lejos de concentrarse en Dorothy, esta cinta nos muestra los orígenes del Mago de Oz, quien era un simple ilusionista en un circo itinerante de Kansas. Sin embargo, la vida del personaje cambiará para siempre cuando se vea obligado a subir en un globo aerostático en medio de un violento tornado, el cual terminará transportándolo a Oz. Una vez ahí, el inusual héroe descubrirá que es parte de una profecía que lo señala como el elegido para aniquilar a una perversa bruja, para luego convertirse en el monarca absoluto de Ciudad Esmeralda.

Aunque se trata de un género nunca antes explorado por Sam Raimi, el filme cuenta con toda clase de elementos que caracterizan la filmografía del director –incluyendo una secuencia de horror à la El Hombre Araña 2 (Spider-Man 2)– , pero mantiene ese toque mágico que resulta fundamental para una película de esta naturaleza. El resultado es un universo colorido y verdaderamente fascinante, pero con algunos escenarios escalofriantes que serán determinantes para convencer al público acerca de la maldad que aqueja al pueblo de Oz.

Sobra decir que el realizador se ve apoyado por un gran equipo técnico, el cual le permite mostrar espectaculares efectos visuales, un impresionante diseño de producción y una gran variedad de hermosos vestuarios. Por si esto no fuera suficiente, estos aspectos brillan aún más en 3D, el cual posee la elegancia y la visión para introducir al público en Oz con el adecuado uso de la profundidad y con algunos objetos que saltan de la pantalla.

En cuanto a las actuaciones se refiere, James Franco brilla en su interpretación del Mago de Oz, al encarnar a la perfección a un charlatán cuya vida gira alrededor de las mentiras, pero que llegado el momento deberá convencer a todos –incluido él– que tiene lo necesario para derrotar adversarios con habilidades inimaginables. Por su parte, Michelle Williams no decepciona en su personificación de Glinda, ya que la actriz logra encarnar perfectamente a una bruja extremadamente noble y de buen corazón, pero sin lucir como sucediera, por ejemplo con Anne Hathaway en Alicia en el País de las Maravillas. Mención aparte para el mono alado Finley y la conmovedora niña de porcelana, los cuales gozan de un realismo impresionante y de un carisma que logrará arrancar numerosas sonrisas a lo largo de la historia.

Lamentablemente no todo es perfecto en Oz, ya que Rachel Weisz y muy especialmente Mila Kunis se sienten sobreactuadas en gran parte de sus escenas, convirtiéndose en el eslabón más débil de este largometraje.

Finalmente no podemos olvidar las numerosas referencias a El mago de Oz que seguramente deleitarán a los aficionados de esta mágica historia, las cuales van desde el inicio en sepia hasta la aparición de algunos personajes que bien podrían ser explorados en futuras historias. Aunque se tratan de simples detalles que no tienen mayor peso en la historia, son el complemento perfecto para convertir a Oz el poderoso en una de las mejores cintas fantásticas de los últimos años.

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Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.