Hermosas criaturas
La adaptación de la novela de Kami Garcia y Margaret Stohl termina por ser olvidable, genérica y con un guión mal desarrollado.
El 2013 se perfila a ser el año de las adaptaciones de libros juveniles, y es por eso que todos los estudios buscan quedarse con el lugar que dejó La saga Crespúsculo y atacar a ese público fanático. Evidentemente Hermosas criaturas es un caso ejemplar de esta situación, tristemente para los fanáticos, encuentro difícil que veamos más de ella.
Basada en la primera parte de la tetralogía de Kami Garcia y Margaret Stohl conocida como The Caster Chronicles, cuenta la historia de Ethan Wate (Alden Ehrenreich), un típico adolescente simpático cuyo mundo cambia radicalmente cuando llega Lena Duchannes (Alice Englert), otra típica adolescente que guarda un secreto que volteará de cabeza la estática vida del protagonista.
La cinta comienza bien, y establece correctamente a cada uno de los personajes, así como el ambiente sureño de la historia. Para aquellos que leyeron el libro, sabrán que éste es un elemento muy importante (como sucede, por ejemplo, en True Blood). Y aunque por momentos parece que se esfuerza en parecerse a Crepúsculo, conforme la trama avanza, esto cambia y se separa drásticamente de ese estilo. Las actuaciones no son extraordinarias, pero son más que suficiente para las exigencias de la historia. Esto sucede con todos los actores jóvenes que lucen a sus personajes como debe ser. Por otro lado, tenemos al trío de actores “adultos” donde Jeremy Irons, Viola Davis y Emma Thompson hacen lo que pueden con personajes vagamente desarrollados e incluso un poco trillados. Sin embargo, repito, esto no es nada malo.
Pero pasemos al problema más severo del filme (aquél que me hace pensar que no veremos más de Hermosas criaturas): el guión. Y es que el director y escritor Richard LaGravenese (Posdata te amo) toma como fuente base la novela homónima y cambia todo lo importante. Es comprensible que esto suceda con adaptaciones, pues por lo general se debe “sacrificar” parte de la historia, pero en este caso, los cambios son para mal. No sólo en cuestión de la trama como tal –situación que además le da un severo problema de ritmo–, también en las historias de todos y cada uno de los personajes que son muy poco desarrolladas.
En una historia de amor, uno por lo menos espera que este elemento sea desarrollado, pero eso no sucede aquí. El romance entre Ethan y Lena resulta poco en pantalla y ocurre de forma tan rápida e inesperada, que dificulta que el público sienta empatía por ellos. El guión está por todos lados, a veces da pistas de la mitología de este mundo, y otras veces sólo recalca lo ya dicho. Pero si algo es cierto, es que en la mayoría de los casos, presenta cosas que no son relevantes. Los elementos interesantes que la novela posee, aquí simple y llanamente no están presentes. Incluso el final cambia drásticamente, lo cual me hace pensar que sucedió porque no esperan que hayan más cintas.
Acerca de la música, no hay mucho que decir pues su score abusa de lo genérico y es muy fácil de olvidar. En el lado positivo, la dirección de arte es atractiva y logra sentirse original entre todas las adaptaciones literarias de la actualidad. Como ya dije, las actuaciones también son algo positivo, aunque no son extraordinarias.
Al final, Hermosas criaturas cuando mucho, pasa por “dominguera” y definitivamente ni siquiera pretende ser dirigida para el público postadolescente. Y de hecho, hay una gran posibilidad de que los fans de la saga literaria queden inconformes y prefieran mejor recordar las novelas. La buena noticia para ellos, es que su fracaso en taquilla en Estados Unidos puede salvarlos de una secuela. Sin embargo la posibilidad siempre queda abierta, así que el único consejo sería: aprendan de todos los errores que cometieron aquí.
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