The Walking Dead: Welcome to the Tombs

Advertencia: Esta crítica contiene spoilers

Jamás pensé que llegaría al último análisis de la temporada 3 de The Walking Dead con sentimientos encontrados entre emoción, decepción, y esa sensación de que “algo faltó” para cerrar como merecía. “Welcome to the Tombs” contiene en un solo episodio el tan cantado conflicto final entre el pueblo de Woodbury y su demente Gobernador con Rick Grimes y su grupo en la prisión. ¿Por qué no fue perfecto?

Aunque “Welcome to the Tombs” gozó de grandes escenas –el primer asalto del Gober a la prisión y el sorpresivo giro de tuerca de Rick emboscándolos desde dentro, la feroz masacre de Phil a los suyos en plena huida y el sorpresivo “viaje al lado oscuro” de Carl– aunque lamentablemente sufrió de cambios de ritmo que restaron valiosos minutos al episodio, resultando en un anti-climax general que, estoy seguro, dejó con mal sabor a millones de espectadores, además de su criticón servidor.

El que Carl parezca un niño por fuera, pero se esté transformando en una extraña emulación del Gobernador resulta perturbador, y seguramente es un asunto con el que tanto Rick como Hershel deberán lidiar más adelante. Glenn, Maggie y Michonne tienen participaciones muy importantes en la escena cúspide, pero pierden brillo en una vista global del episodio. En contraste, la genialidad histriónica de David Morrisey convirtieron al Gobernador en uno de los más grandes villanos de la pantalla chica. Y sí, ¡queremos más de él en la temporada 4!

¿Cómo explican ustedes que una cazadora de zombies y auténtica sobreviviente como Andrea perdiera el tiempo tan ridículamente al tratar de liberarse con las pinzas? Vamos, si estuvieran en una situación así… ¿se pondrían a charlar con una persona que, por muy cuate que sea, en minutos se convertirá en un zombie voraz? Aunque los escritores fueron brillantes al justificar las acciones finales de Merle, con Andrea sencillamente jamás lograron dignificar al personaje, ni siquiera al darle muerte. Es triste que nos duela más la valiente partida de Milton y que quede más redimido que una persona cuya continua indecisión la llevó hasta la muerte… ¡solo faltaba que estuviera indecisa con respecto a jalar el gatillo consigo misma al final!

Es un hecho que los caminos en TV y en el cómic son muy diferentes a estas alturas, pues la ausencia de Andrea y la presencia del Gobernador indudablemente afectarán los eventos en la cuarta temporada de la serie… ¿es esta la razón por la que Glen Mazzara decidió abandonar la jerarquía en la serie? No lo sabemos, pero es un hecho que el mismo Robert Kirkman defiende a capa y espada las decisiones y responde nerviosamente cuando se le pregunta si es necesaria realmente una muerte importante en la serie para que ésta siga teniendo éxito. Debemos reconocer que esta batalla final pudo dividirse en dos episodios, y que si iban a matar a Andrea, podría haberlo hecho en una escena de 5 minutos.

La dirección de Dickerson –cuya experiencia previa en Dexter es bastante notoria– resulta buena a secas, aunque los problemas de ritmo parecen provenir del guión y no de su trabajo. Es bueno saber que alguien que ha estado en la serie desde el origen tuvo la visión para llevar a los sobrevivientes de esta temporada a buen término.

Así concluimos una temporada más con The Walking Dead. Millones de fans del subgénero zombie estaremos ansiosos de la número cuarto, que probablemente se estrene en octubre de este año. ¿Sugerencia? ¡Tienen siete meses para leer los cómics y ver lo diferentes que son las cosas ahí!

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Julio Vélez Colaborador en web y revista Cine PREMIERE desde 2006. Me especializo en anime/manga, comics, doblaje, tecnología y videojuegos. Mis sagas favoritas: Doctor Who, Star Trek, Dragon Ball y Star Wars. Batimaníaco, geek ochentero y hardcore gamer.