No molestar
Con Une oeuvre d'art, el director Yvan Attal presenta una cinta que nos recuerda por qué el cine es arte.
En No molestar, las vidas de Jeff (Francois Cluzet) y Ben (Yvan Attal) son muy diferentes 20 años después de su último encuentro. La presencia de Jeff, un artista libre, trotamundos y con un estilo de vida alternativo, sacude por completo la existencia de Ben, que hasta ahora estaba bastante feliz con su vida tranquila, un trabajo normal, una casita en los suburbios y los intentos por tener un bebé con su esposa Ana (Laetitia Casta).
Este cruce de caminos es el que el director Yvan Attal elige para llevarnos a un viaje por una de las etapas más desconcertantes de la vida: la crisis de la mediana edad. Ese momento en que miras hacia atrás y te das cuenta que no estás precisamente en el lugar habías soñado y que hace surgir la necesidad de hacer alguna estupidez, que –por supuesto– va a poner en riesgo todo lo que tienes.
Utilizando recursos de cámara vintage y una narrativa que nunca pierde el ritmo, Attal nos introduce poco a poco en el mundo interior de cada personaje, logrando que la película se despegue de lo meramente anecdótico y la premisa sirva como base para cuestionar hasta dónde somos capaces de rebasar nuestros límites para intentar probar que seguimos siendo lo que nos creíamos a los 20 años.
El resultado es una cinta intensa, relevante y conmovedora, llena de momentos “cómicos” que no surgen del chiste forzado, sino que nos hacen reír porque nos sentimos identificados. No molestar es una película de ésas que nos recuerdan por qué el cine es el séptimo arte.
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Claudia Llaca Ama el aroma a celuloide por las mañanas porque lo suyo, lo suyo, lo suyo es el cine. Dice que es el único que sigue haciéndole ofertas que no puede rechazar.
