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Cine

Volando bajo

26-06-2014, 10:31:30 AM Por:
Volando bajo

La comedia mexicana Volando bajo de Beto Gómez incluye momentos muy divertidos, pero pierde agilidad hacia su 2a mitad.

Cine PREMIERE: 2.5
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Volando bajo es una sátira con mirada nostálgica a una época caracterizada por su brillo cegador, romanticismo trágico cursilón, calentadores y copetes esponjados con Super Punk: los 80s, esa década mágica en la que un par de desconocidos podían saltar a la fama a pesar de su talento, con tan sólo aparecer una tarde cualquiera en Siempre en Domingo o XE-Tú. Algo parecido les sucede a Chuyín Venegas (Gerardo Taracena) y Cornelio Barraza (Rodrigo Oviedo), quienes conforman el dueto musical Los Jilgueros de Rosarito.

Este par de norteños, amigos desde niños, descubre muy pronto su talento musical y para su juventud, ya son considerados el dueto romántico más famoso de la época. Como a muchos, la fama terminará por separarlos, pero jamás destruirá la amistad que los une.  

“Yo no fui como otros directores que se pasaron viendo cine europeo en su adolescencia.” –ha dicho su director, el sinaloense Beto Gómez (Salvando al soldado Pérez)– “Yo si veía las películas del Santo y de los hermanos Almada.” Y se nota. Porque lo que Gómez logra captar en Volando bajo es la más pura esencia del estilo y los valores ochenteros, regalándonos una mirada cómica pero llena de nostalgia, no sólo de la época sino de la forma de ser y de pensar de toda una generación. 

Volando bajo tiene momentos divertidísimos (como un numerito musical de Los Jilgueros enfundados en jumpsuits de lycra dorada con lentejuelas) y otros de enorme ternura, los cuales corren casi todos a cargo de Ludwika Paleta, quien hace un gran papel como Toribia, prima de Chuyín y eterna enamorada de Cornelio, a la que la fama del dueto va sumiendo poco a poco en el olvido. 

Por desgracia, la película decae bastante hacia su 2a mitad, perdiendo agilidad y fallando en el intento de girar hacia la tragicomedia. Resulta un claro ejemplo de lo que les pasa a muchas comedias mexicanas actuales, que en el proceso de edición optan por sacrificar el ritmo, en pos de conservar escenas que si bien pueden ser entrañables y estar bien logradas, aportan poco al proceso narrativo. 

El resultado final es tristemente la pérdida de fuerza y humor en una película que de por sí ya es palomera; pero quizá por la risa asegurada en algunas escenas de la 1a mitad y por aquello de que recordar es volver a vivir, bien vale la pena verla algún día por televisión. 

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autor Ama el aroma a celuloide por las mañanas porque lo suyo, lo suyo, lo suyo es el cine. Dice que es el único que sigue haciéndole ofertas que no puede rechazar.
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