El libro de la vida
Producida por Guillermo Del Toro, The Book of Life es una película animada con un extraordinario diseño, historia y música. Merece nominación al Oscar.
Debo confesar que no me gustaron los primeros minutos de El libro de la vida (The Book of Life), con ese grupo de niños inquietos llegando en el típico autobús escolar al museo. En ese momento no me interesaron los personajes, ni los diseños, ni la escena. ¡Cuán equivocado estaba de lo que me esperaba!
Es a partir de la entrada a la sala de exhibición, cuando la guía y narradora nos dice que “presenciemos la gloriosa belleza de México”, que el colorido, folklore y la verdadera anécdota empiezan. Pero sobre todo la diversión.
Con el espaldarazo de Guillermo Del Toro como Productor, el realizador Jorge R. Gutiérrez retoma la tradición mexicana del Día de Muertos como inspiración, marco y telón de fondo para contar la historia de Manolo (Diego Luna), María (Sandra Echeverría) y Joaquín. De esa amistad desde la infancia. Y del inevitable triángulo amoroso como jóvenes adultos.
En El libro de la vida están los referentes de las raíces prehispánicas de la celebración, de José Guadalupe Posada, del pan de muerto, de las calaveritas, del colorido, y muchos otros elementos más de nuestra cultura.
Pero así como Tim Burton y el Director Henry Selick tomaron la festividad de Halloween (y parte del cuento del Grinch de Dr. Seuss) para hacerlo propio y trascender con El extraño mundo de Jack (1994), Gutiérrez reinventa el Día de Muertos, para nuestro deleite y el del público global al que está dirigida la película. Se trata de una visión personal con muy buen sentido del humor del autor fílmico, como parte de un sincretismo que define a esta tradición. Y que lamentablemente puede estar expuesta a críticas más conservadoras.
En la película destaca el cuidado diseño de los personajes (figuritas de madera) y de los 3 mundos que nos presentan: el de los vivos, los recordados y los olvidados. Cada uno con sus peculiaridades, identidad y luminosidad especiales, en un festín visual inigualable.
De la misma manera, sobresalen algunos elementos temáticos, como el feminismo de María en un contexto machista, la emotiva resolución en torno a la tauromaquia, o la trascendencia del recuerdo de los seres queridos que nos han dejado.
Otro curioso y grato ingrediente es el musical. Por una parte están las composiciones originales de Gustavo Santaolalla, que tan bien le sientan al filme. Pero igualmente los covers de canciones pop/rock que se integran de manera ocurrente y jovial en la historia (¡como “Creep” de Radiohead!), interpretadas por Diego Luna y Santaolalla.
Con todo esta mescolanza, y un eficiente trabajo en 3D, no nos queda más que esperar que a principios del año próximo El libro de la vida sea considerado para nominación al Oscar como largometraje animado. Bien lo merece.
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