Otro día para matar

Otro día para matar (John Wick) es la típica B-movie en la que la falta de trama se recompensa con acción. Balacera y karatazos al por mayor es lo que ofrece esta película dirigida por Chad Stahelski, un exdoble de Keanu Reeves.

John Wick (Keanu Reeves) pasa por un mal momento: su esposa acaba de morir de cáncer en sus brazos. A los pocos días recibe un regalo póstumo de su parte: un cachorrito Beagle. El perrito se convierte en el motivo para que este exsicario mantenga la cordura. Pero un día, Wick se topa en una gasolinería con Iosef Tarasov (Alfie Allen de Game of Thrones), hijo del jefe de la mafia rusa. Cuando John se niega a venderle su Mustang 69, Tarasov decide ir a su casa a la madrugada siguiente para golpearlo, robarle el coche y de paso, matar al cachorrito. 

Por increíble que parezca, ésta es razón suficiente para que Wick decida declararle la guerra a la mafia rusa. Lo que sigue son 71 minutos de peleas muy coreografiadas, puñaladas certeras y mafiosos de segunda que se mueren al primer balazo. Nada mal para una cinta de acción. Y aunque a Reeves le falta mucho para ser Jason Statham, rescata con bastante suficiencia su faceta de héroe de acción; finalmente, su participación es el mayor atractivo de la película.

Además, Otro día para matar compensa su poca dosis de intriga con detalles que dan al espectador un simpático respiro entre balacera y balacera: el hotel al que los matones van a recuperarse y las buenas actuaciones de soporte de William Dafoe, Ian McShane y John Leguizamo. 

A pesar de sus carencias, la cinta es entretenida y una excelente fuente de adrenalina para aquellos mega fans de la acción… o de Keanu Reeves. Amantes del cine de arte, la comedia romántica y películas ‘con mensaje’, favor de abstenerse.  

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Claudia Llaca Ama el aroma a celuloide por las mañanas porque lo suyo, lo suyo, lo suyo es el cine. Dice que es el único que sigue haciéndole ofertas que no puede rechazar.