¿Por qué los hombres son infieles?

La pregunta de los 100 millones, ¿Por qué los hombres son infieles?, es el cuestionamiento que intenta responder Valentino Lanús en su debut cinematográfico al ponerse en los zapatos de Alberto. Él es un vendedor que siempre soñó con ser escritor. Tras publicar su primer libro a partir de la historia más cliché imaginada –cómo conoció al amor de su vida–, está en vísperas de escribir el segundo. 

Pero el deseo de trabajar con un reconocido editor (Saúl Lisazo) lo orilla a cambiar de temática. Su best seller da título a la película y aunque está felizmente casado con Sara (Sandra Echeverría), la investigación de campo lo lleva –absurdamente– a experimentar tentaciones de primera mano, a “sumergirse en la trinchera”. En su vida aparecen todo tipo de mujeres –algunas forzadamente–, entre las que destaca Carla (Dulce María, aparece poco tiempo pero ocupa un lugar en el poster). 

Si bien el título podría sonar interesante, hay un factor clave que vuelve plana a ¿Por qué los hombres son infieles? Desde el momento en que se presenta al personaje central, a Alberto, lo encontramos en el punto final de la aventura, pues la narrativa es cíclica. Por lo mismo, el director Joe Menendez nunca siembra curiosidad sobre si morderá o no el anzuelo. La respuesta se revela desde el minuto 1.

Aunado a ello, la excesiva narración de los hechos en primera persona expone el estado emocional del protagonista, sus reflexiones y planes a futuro, lo que aniquila el “factor sorpresa”, es totalmente discursiva. A ello abonan los 2 personajes mayores que sirven como “Pepe Grillo” de Alberto; uno lo invita a mantenerse fiel y el otro da tips sobre cómo “echarse una canita al aire”. Lo sabemos y escuchamos todo mientras la acción es limitada.

Pero más allá, el pretexto que detona el conflicto eje es tan endeble que sólo demuestra la falta de pericia del guión y la mala construcción de los unidimensionales personajes, aunque el elenco trata de imprimirles algo profundidad. Echeverría se muestra carismática y Lanús procura alejarse de su “yo telenovelero”. 

¿Por qué los hombres son infieles? es una coproducción entre México y República Dominicana, una “isla donde existen más mujeriegos per cápita que zapatos en el closet de mi mujer”, según el incitador de Alberto. Sin embargo, que el filme se ambiente en el Caribe genera aún más dudas. Si el personaje de Lanús creció en aquel lugar, ¿cómo es que tiene acento mexicano?

La producción, que originalmente iba a titularse Alberto en tentación y en el archipiélago se lanzó como Quiero ser fiel, propone detalles que ocasionan fracturas en la relación de pareja y aborda el tema de la infidelidad desde la perspectiva femenina y masculina superficialmente. 

A diferencia de Todas mías plantea situaciones menos absurdas y no busca el humor gratuito. No obstante, el dramedy deambula entre los 2 géneros y queda a deber en ambos, ni siquiera responde cabalmente el cuestionamiento que lo impulsó todo.

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Mabel Salinas No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!