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Cine

Lo mejor de mí

23-12-2014, 12:03:23 PM Por:
Lo mejor de mí

La nueva adaptación de Nicholas Sparks, The Best of Me, es predecible, larga y no duda en copiar las fórmulas anteriores.

Cine PREMIERE: 2.5
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Las últimas adaptaciones al cine de los bestsellers de Nicholas Sparks se han enfrentado a un problema de inicio: llevan un estigma post-Diario de una pasión (The Notebook). El exitoso drama romántico con reconciliaciones bajo la lluvia –protagonizado por Ryan Gosling y Rachel McAdams en 2004– no sólo se convirtió en favorito y referente dentro de esta constelación de historias de amor llevadas al cine, sino que consolidó la obra literaria de Sparks como una maquinita para fabricar películas.

Cada una de las 8 cintas de este imperio han encontrado éxito en la taquilla; pero, ninguna ha logrado repetir el furor de The Notebook, ni siquiera Querido John (2010) o las más recientes: Cuando te encuentre (2012) y Un lugar secreto (2013). Esto puede explicar por qué ahora los guionistas de Lo mejor de mí (The Best of Me), J. Mills Goodloe y Will Fetters, decidieron respetar la fórmula de siempre (amor y fatalidad) y, además, presentar algo que en pantalla parece una calca –poco disimulada– de la historia de Allie y Noah.

Dirigida por Michael Hoffman (La última estación), Lo mejor de mí cuenta una historia en 2 tiempos. Dawson (James Marsden) y Amanda (Michelle Monaghan) son 2 adultos sin aparente conexión: él trabaja en una plataforma petrolera, ella es ama de casa y madre. Sin embargo, una llamada sobre la muerte de un amigo mutuo los reúne de nuevo en la casa en donde vivieron una relación amorosa adolescente, que conocemos a través de flashbacks.

Es este pasado juvenil el que tiene más problemas. Los protagonistas en su juventud son interpretados por Liana Liberato y Luke Bracey, cuyo poco parecido físico con Monaghan y Marsden no puede más que confundir. Su historia está, a su vez, plagada de escenas copiadas de lo más icónico de Diario de una pasión: un beso bajo la lluvia, una casa como símbolo de su unión (que termina por juntarlos), una lujosa fiesta familiar con padres hostiles y vestidos ampones (¿en 1992?), etc. Una vez más, se trata del conflicto de una chica adinerada que se enamora del chico pobre.

Es cierto, las películas de Nicholas Sparks son predecibles. Ésa es la formula que les da un lugar en el corazón del público: destino, un amor cómodamente predecible, con los suficientes giros como para darles frescura. Pero, Lo mejor de mí es, incluso dentro de este patrón, predecible de una forma más evidente y descuidada, pues deja al descubierto, como ninguna otra, el esqueleto casi de fábrica que las sostiene.

Lástima, ésta era la oportunidad de James Marsden “de quedarse con la chica” (lo vimos como el príncipe en Encantada, Cyclops en X-Men y Lon Hammond en… Diario de una pasión). Desafortunadamente, le tocó en este remedo de romance, de guión abarrotado, largo, que desaprovecha los elementos que lo hacían diferente y que seguro tampoco tendrá problema en tomar su lugar como el éxito de taquilla número 9 de Sparks.

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autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
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