El código Enigma
El más reciente estreno en cines de Benedict Cumberbatch es una biopic que cumple con todos los clichés de película del Oscar, pero vale mucho la pena.
Las películas biográficas suelen ser muy favorecidas en los Premios de la Academia y El código Enigma (The Imitation Game) no es la excepción. El filme narra la vida de Alan Turing, el padre de la computación moderna y quien descifró el código de la máquina Engima que los nazis utilizaban para encriptar sus mensajes en la Segunda Guerra Mundial.
El filme está basado la biografía The Enigma de Andrew Hodges y fue muy celebrado en festivales de cine como el de Toronto y Londres; y como saben, está en la carrera por el premio a Mejor Película en el Oscar 2015.
Este thriller retrata muy bien la extraña personalidad de Turing (interpretado por un maravilloso Benedict Cumberbatch) y la presión que ponía sobre sus hombros el gobierno británico a quien le urgía encontrar la manera de derrotar a las fuerzas de Adolf Hitler. La película cumple como una historia llena de intrigas que muestra los combates ocultos que se libran lejos de las trincheras, la guerra de inteligencia, donde cualquier persona puede ser un espía.
El código Enigma aprovecha la intensa vida que Turing llevó en la realidad y explora cómo él, siendo homosexual, trató de vivir conforme a la sociedad de su tiempo y lograr que su máquina funcionara.
La historia sobresale al retratar la pasión que el científico siente por su trabajo y en capturar la influencia que su primer amor tuvo en su vida adulta, sin embargo se queda corta al mostrar cómo era el proceso mental del genio. Es decir, la película nos dice que Turing es lo suficientemente inteligente para desarrollar la primera computadora propiamente dicha, pero nunca vemos cómo llega a idear el funcionamiento de la máquina.
Algo que también genera un poco de controversia es la forma en que se retrata la relación que Alan Turing tuvo con su amiga y en algún tiempo prometida Joan Clarke (interpretada por una muy regular Keira Knightley). Y es que en El código Enigma son representadas como personas extremadamente cercanas, sin embargo, el biógrafo y la familia del criptoanalista han asegurado que no lo eran y que la película trató de menospreciar la verdadera orientación sexual de Turing.
En general la película es altamente disfrutable, mostrándonos la vida de uno de los científicos más influyentes y menos conocidos del siglo 20, quien en vida fue despreciado por su sexualidad pese haber salvado millones de vidas con su trabajo. Por eso, al final El código Enigma es una película que, aunque cumple con los clichés de las biopics que van por el Oscar, es altamente recomendable.
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Martha Elena Violante He sido editora en diversos portales pero me identifico más como cinéfila geek adicta a los comics. Obsesionada con Tom Hiddleston que vive en 1407 Graymalkin Lane.
