5 razones para ver Ema de Pablo Larraín
Luego de ser presentada por sus protagonistas en Las Islas de Ciudad Universitaria el pasado miércoles, como parte de FICUNAM, la película Ema se estrenó en cines mexicanos el viernes 13 de marzo.
La figura alargada de una chica de cabello platinado se contrae y estira en una danza que guía la película Ema, la más reciente obra del director chileno Pablo Larraín. Por las calles de Valparaíso, una bailarina se desborda de la sala de ensayos en la que la contiene Gastón, coreógrafo y expareja. Poco a poco comienzan a caer pistas del conflicto que los atraviesa: un hijo abandonado a partir de un hecho terrible y una lluvia de reproches entre ambos son parte de esa ecuación. Los deseos más carnales y más profundos entran en juego en esta cinta en la que las pulsiones humanas se traducen en imagen y sonido hipnóticos.
A continuación, te compartimos 5 razones de peso para ver Ema:
La maternidad
Ema presenta a una madre poco convencional, una joven bailarina involucrada con un hombre mayor a quien le exige un hijo. Sin embargo, en ocasiones lo rechaza y en otras lo busca con desesperación, de manera opuesta al estereotipo de madre incondicional. Su duelo no lo vive sola y en casa, sino tomando las calles de Valparaíso entre música y coreografías ejecutadas con sus amigas.
“A mí me parece muy valiente que Pablo haya decidido hacer esta película y haya decidido poner en ese lugar a un personaje femenino, que es lo que vemos en Chile y Latinoamérica. Ema es una mujer muy seductora, hipnótica, que podemos estar o no de acuerdo con lo que hace, pero lo hace con tanta gracia, que hace que los demás personajes caigan rendidos a sus pies. Creo que es una femme fatale”, dice en entrevista la actriz Mariana di Girolamo.
Mariana Di Girolamo
Su carrera se había desarrollado principalmente en la televisión chilena, hasta que llegó una comida con Pablo Larraín, tras el cual se quedó con el protagónico de esta cinta. Mariana estudió teatro, lo que le dio muchas herramientas para trabajar en este papel desafiante.
“Nosotros no trabajamos con un guion. Nos llegaban escenas aisladas, eso quiere decir que no teníamos muy claro de dónde venía el personaje ni hacia dónde iba. A veces las correcciones llegaban el mismo día. Pablo, entendiendo que trabajábamos con este método, también estaba receptivo a nuestros aportes. No fue un trabajo de improvisación para nada, el diálogo fue súper importante, un trabajo de mucha concentración en el presente”, expresa en entrevista.
La actriz fue seleccionada por la revista Variety dentro de su lista de 10 latinos a seguir. Actualmente participa como jurado en FICUNAM y próximamente la veremos en series de plataformas internacionales.
La música
El compositor de música electrónica y
experimental consiguió dotar a la cinta de un ritmo que envuelve, hipnotiza,
pero que pone al cuerpo en movimiento así sea desde la butaca. Con rasgos de
reggaetón, sus piezas acompañan los movimientos de Ema y sus amigas.
“Hubo mucha música que llegó después. Nosotros trabajamos con un tema en particular, este que está al inicio de la película. A mí me encanta Nicolas Jaar y saber que él le iba a poner el ritmo a esto fue increíble”, recordó Mariana.
La danza
“A mí siempre me ha gustado mucho bailar, es como una pulsión vital. Pero volver a encontrarme con mi cuerpo de manera profesional fue también un reto. Desde que entré en el mundo de la tele tenía el cuerpo un poco abandonado. Pero qué importante es gestar a un personaje desde el cuerpo. No había espacio para hacer trabajo de mesa, había que crearla desde su corporalidad y fue tremendo”, dijo la protagonista sobre el trabajo con José Vidal, coreógrafo que marcó de emociones y ritmo a la cinta.
La mancuerna Larraín- García
Protagonista de No y de Neruda, dos de las películas que encumbraron a Pablo Larraín, Gael García volvió a trabajar aquí con el cineasta chileno, aunque cediendo ya el rol central al talento fresco de Mariana di Girolamo.
“Yo soy una eterna agradecida de la generosidad de Gael, vino a coprotagonizar una película, aterrizó en Valparaíso a trabajar con una chica que no conocía, fue muy generoso, aprendí mucho de él y su goce, ya tiene una relación de amistad con Pablo y un lenguaje. Todos nos aventuramos con esta película, a veces teníamos que decirnos aberraciones el uno al otro, cosas horribles, con este escenario tan particular. Después de una escena me acuerdo que nos abrazamos y nos decíamos: ‘Te quiero, compañero y yo a ti también'».
«Nosotros no trabajamos con un guion. Nos llegaban escenas aisladas, eso quiere decir que no teníamos muy claro de dónde venía el personaje ni hacia dónde iba. A veces las correcciones llegaban el mismo día. Pablo, entendiendo que trabajábamos con este método, también estaba receptivo a nuestros aportes. No fue un trabajo de improvisación para nada, el diálogo fue súper importante, un trabajo de mucha concentración en el presente”, señaló la actriz.
Ema ya se encuentra en las carteleras del territorio nacional.
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Fabiola Santiago Periodista y crítica de cine. Le interesa la diversidad de miradas en películas y series. Habla y escribe sobre cine hecho por mujeres, por cineastas indígenas y latinoamericanos.
