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Cine

Ricki and The Flash: Entre la fama y la familia

10-09-2015, 12:12:17 PM Por:
Ricki and The Flash: Entre la fama y la familia

Meryl Streep no decepciona en este drama disfrutable aunque predecible.

Cine PREMIERE: 3
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Meryl Streep ha dejado claro en sus más de 30 años de carrera que puede hacer prácticamente lo que sea. Es más, no sólo que es capaz de sacar cualquier personaje a flote, sino que siempre parece ser la opción ideal para hacerlo (“¡Meryl Streep podría ser Batman y sería la opción correcta!”, dijo alguna vez un personaje de la serie Modern Family). Puede sonar como una gran exageración, pero lo perturbador es que no es del todo descabellado. El talento de la actriz va más allá de lo camaleónico: muchas de sus interpretaciones se las arreglan para rescatar el corazón de la historia y ponerlo en el lugar correcto, incluso cuando se trata de argumentos un poco obvios y con problemas de tono. Y eso es justo lo que sucede con Ricki & The Flash- Entre la fama y la familia.

Dirigida por Jonathan Demme, la película le permite a Streep sacar su vena musical una vez más, a través de las impertinencias de una heroína improbable: una rockera entrada en años, que dejó a su familia en el camino a la fama –claro, una que nunca alcanzó– y que prefiere ser llamada por su nombre artístico, Ricki Randazzo. Sin embargo, la crisis emocional de su hija (interpretada por Mamie Gummer, hija de Streep en la vida real) la obliga a enfrentar el pasado y a descubrir si hay lugar aún para “Ricki” en la familia que abandonó y que siguió su curso sin ella.

Streep no decepciona y logra mostrar todos los matices que hacen creíble a su personaje. No sólo canta todas las canciones y covers (hasta “Bad Romance”, de Lady Gaga), sino que consigue despertar la simpatía al explotar en Ricki una mezcla inusual de defectos y virtudes: ridiculez, inocencia, rebeldía y necedad. Es caótica pero empática. La guionista ganadora del Oscar, Diablo Cody (Juno), la provee además de sus características líneas agudas y momentos cálidos, construyendo alrededor de la heroína una drama familiar que, aunque no alcanza la madurez por su tono bailarín, cuenta con suficientes crowdpleasers para hacer del viaje algo disfrutable. 

Mamie Gummer sorprende en su papel de mujer resentida (tanto por el abandono de Ricki como por el divorcio por el que atraviesa); sin embargo, tal como sucede con todos los personajes que rodean a Ricki, su arco, aunque encantador, es un poco apresurado y nunca despega del todo. No existe un verdadero drama familiar, pues desde el principio todos y cada uno de los parientes de Ricki se encuentran en un punto que por definición es el final de un proceso: la resignación. Sin embargo, el director hace un buen trabajo en cuidar la química que hay entre ellos, así como en lo que respecta a la dimensión musical. La banda de Ricki, The Flash, está compuesta por músicos  de verdad, lo cual le da mucho realismo a las escenas de “tocadas”. 

En conclusión, se trata de una película con encanto, con un proceso dramático superficial, pero que confirma lo que ya sabíamos (¿y a quién no le gusta que le confirmen lo que ya sabe?): que Meryl Streep puede hacernos creer lo que quiera.

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autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
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