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Cine

Entrenando a mi papá

24-09-2015, 10:38:15 AM Por:
Entrenando a mi papá

Una idea medianamente interesante, mal ejecutada y que deja mucho que desear.

Cine PREMIERE: 1.5
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Iniciemos aclarando que no estamos hablando de la película de 2007 estelarizada por Dwayne Johnson. Aquella se llamó Entrenando a papá. (Y ya que andamos en esas, también está Educando a mamá, por si ocupan). ¿Por qué usar un título tan similar?

Como en muchas otras ocasiones, quizás ésta sea una estrategia para llamar la atención del público… aunque dudo mucho que alguna vez haya funcionado. Entrenando a mi papá, (antes llamada El entrenador) es dirigida por Walter Doehner (Viento en contra) y es protagonizada por Mauricio Islas, quien interpreta a «La araña» Salazar, un destacado portero del fútbol mexicano que se retira tras un terrible accidente donde muere su esposa. Sumido en la depresión y el alcoholismo, la única inspiración que le queda es su hija (interpretada por la muy joven actriz Saraí Meza). Será gracias a ella, que tras dos años de inactividad, él buscará regresar a las canchas. Pero, al ver que nadie está interesado en contratar a un exjugador sin la condición física necesaria, ella se convertirá en su entrenadora personal para lograr que regrese a las filas de la primera división. 

El argumento del deportista frustrado que busca retomar su carrera funciona al principio, pero rápidamente se descompone. Es notable la mala construcción del guión, la cual provoca que todos los personajes se sientan acartonados y, a ratos, sobreactuados. La prisa por completar el arco dramático impide el buen desarrollo de todos ellos y cae en demasiados clichés que hacen de ésta, una película completamente predecible. Nada ayuda que todo el elenco entrega actuaciones muy menores, incluyendo (sorprendentemente) la de Adriana Barraza, siendo la gran actriz que es.

La «fórmula telenovelera» utilizada en esta cinta quizá funcione para un público nada exigente. Pero, ¿cuánto dañan este tipo de producciones al cine mexicano? Las recurrentes crisis en nuestra industria se deben a que se explota algún género o temática hasta el hartazgo. Ya vimos que cintas como No se aceptan devoluciones son grandes imanes de taquilla pero, ¿ese es el cine que nos merecemos? Esta producción inicia con logotipos de algunas marcas que apoyaron su financiamiento, lo cual no es malo, ¡al contrario!, se agradece que la iniciativa privada confíe e invierta en el cine mexicano pero, ¿a cambio de qué? A lo largo de toda la película vemos infinidad de marcas, anuncios y participación de algunas personalidades del fútbol mexicano que dan la impresión de haber sido insertadas de la manera más forzada posible. Cuando se condiciona la realización de una película a algo, pierde seriedad y se le lastima gravemente. El cine es, ante todo, un arte y no una agencia de publicidad, mucho menos un simple negocio, como lo es para muchos. 

Al final, Entrenando a mi papá tiene una idea interesante, pero mal ejecutada y que deja mucho que desear. El director Walter Doehner se queda, de nueva cuenta, muy lejos de lograr algo tan interesante y bien desarrollado como lo fue La habitación azul en 2002. 

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autor Apasionado de ver, escribir, leer, investigar y hablar sobre cine en todas sus formas. Soy fan de Star Wars, me sé de memoria todos los capítulos de Friends y si me preguntan de cine mexicano, no hay quien me calle. Editor en Cine PREMIERE.
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