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Cine

Nunca me dejes sola

09-12-2015, 6:05:24 PM Por:
Nunca me dejes sola

Un testimonio conmovedor sobre los estragos de una enfermedad terminal.

Cine PREMIERE: 3
Usuarios: 3.5
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En su cumpleaños número 35, Kate (Hillary Swank) lo tiene todo: un matrimonio perfecto junto a Evan (Josh Duhamel), un carrera prometedora y un talento inigualable para tocar el piano. Sin embargo, justo cuando todo parece perfecto, empieza a notar un tremor en sus manos: algo no anda bien. Un año y medio después, descubrimos que Kate ha sido diagnosticada con ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), una enfermedad terminal degenerativa que provoca que poco a poco empiece a perder la movilidad de su cuerpo. Su vida cambia por completo y ahora depende totalmente de su esposo y una enfermera. En busca de una cuidadora diferente que la ayude, Kate encuentra a Bec (Emmy Rossum), una estudiante universitaria que habla sin rodeos y cuya vida es un desastre. El lazo que formarán no sólo será vital para Kate y su enfermedad, sino para el desarrollo personal y emocional de Bec. 

La trama de Nunca me dejes sola (You’re Not You) –dirigida por George C. Wolfe (Noches de tormenta) –no nos plantea nada nuevo. Cintas como Amigos de Olivier Nackache y Chronic de Michel Franco han partido de este mismo punto, en donde se explota la relación paciente-cuidador (la primera se centra en la comedia, mientras la segunda lo hace en el drama y el rol del cuidador). Esta cinta, sin embargo, podría ser una mezcla entre estas dos. 

 Basada en el bestseller de Michelle Wildgen, no podemos obviar el hecho de que la historia sabe perfectamente qué fibras emocionales del público debe tocar. Este tema es un tanto sensible en este tipo de cintas por que puede llegar a tener un carácter manipulador. Sin embargo, no es el caso de la película. Aunque se siente como una historia que ya conocemos y que presiona con certeza todos los botones sentimentales, los personajes bien definidos y las actuaciones de sus protagonistas lo hacen algo genuino. Un desafortunado suceso entre Kate y Evan (Josh Duhamel) es lo que funciona como detonante, más que la enfermedad, para el cambio de vida que realiza la heroína en cuanto a la búsqueda de su identidad. La dos veces ganadora del Oscar Hillary Swank nos lleva por las fases de esta devastadora enfermedad y su lucha contra ella de una manera muy contenida, pero sumamente expresiva. Además, esto funciona como metáfora de lo que hace la enfermedad al cuerpo.

Por último, Bec es la contraparte que ofrece el balance: la actuación de Emmy Rossum es una energía rejuvenecedora que aporta un descanso a toda esta densidad y al inminente final. La mancuerna entre las dos actrices es un punto a favor. Una desventaja que cabe destacar, sin embargo, es la elección para el título en español, pues parecería que alude más bien una historia de amor, que recuerda un poco a Posdata, te Amo, otra cinta de Swank. Además, si algo queda claro durante la cinta, es que Kate nunca tiene miedo de enfrentar esta enfermedad sola. Bec es su acompañante y es esa chispa que la motiva, pero el viaje emocional que cada quien emprende es, al final, en solitario. Nunca me dejes sola es una película para la cual se necesita un estado de ánimo específico. Es muy emotiva, y aunque al final te deja con algo de consuelo, también te puede dejar algo frío. Aun así, es un testimonio conmovedor y un relato honesto sobre esta enfermedad.

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autor Comunicóloga para quien el cine y la fotografía son las mejores maneras de ver la vida. Es fan de Sofia Coppola y la estética de Wes Anderson, añora décadas pasadas y piensa que todo el mundo debería irse en un road trip por lo menos una vez en la vida.
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