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Cine

Un hombre irracional

17-03-2016, 9:22:39 AM Por:
Un hombre irracional

Una obra menor sobre un hombre heterosexual, blanco y privilegiado que se queja de la vida... como tantos otros personajes de Allen.

Cine PREMIERE: 2
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De entre las obras menores del prolífico Woody Allen, Un hombre irracional se coloca entre las más prescindibles. El filme es una colección de clichés woodyallenescos en que el director parece caminar como sonámbulo al construir una historia que ha contado mil veces y que en esta ocasión resulta aburrida, reciclada. Todo gira alrededor de Abe (Joaquin Phoenix), un profesor de filosofía que llega a un pueblo universitario para dar clases. Abe se encuentra en una espiral depresiva y utiliza frases grandilocuentes de sus pensadores favoritos para justificar su desinterés en la vida.

Aunque la interpretación de Joaquin Phoenix es bastante competente (aún si peligrosamente similar a la que realizó en Ella de Spike Jonze), el personaje es unidimensional y apenas bocetado. Simple y llanamente Abe es un personaje soso, un hombre heterosexual, blanco y privilegiado que se queja de la vida como tantos otros personajes de Allen. Aquí no hay sorpresas o complejidad: Abe es un tipejo que recurre a la filosofía para justificar su desdén. Los diálogos se sienten forzados: eso sí es sorprendente, ya que Allen suele ser un guionista agudo. Como en otras cintas de Allen, pensemos en Match Point o Crímenes y pecados, hay un asesinato, pero tal vez intentando dárselas de existencialista el director neoyorquino no acumula suficiente tensión como para que sea trascendente. Incluso el trabajo de cámara de Darius Khondji se siente plano, sin sazón.

Alrededor de Abe gira, como un satélite sin voluntad, la joven estudiante Jill (Emma Stone), quien queda embelesada con la supuesta sabiduría de Abe. Es aquí donde yace el principal problema de la cinta. La relación entre Abe y Jill es un claro ejemplo de cómo un hombre en una situación de autoridad actúa de manera abusiva ante la posibilidad de un romance ilícito con una mujer mucho menor. Esto, dada la historia personal de Allen, resulta perturbador. Abe (y Allen) intentan justificar moralmente el amorío, pero no deja de ser una situación un tanto aberrante (como lo es la relación del personaje de Allen con una menor de edad en Manhattan). El filme carece de complejidad ética como para ahondar en esta relación y más bien se va por escenas simplonas en que se banaliza la vida, el amor y la muerte.

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autor Es investigador del Programa de Culturas Digitales de la Universidad de Sydney. Es el editor fundador de cinepremiere.com.mx y escribe sobre cine, televisión y tecnología en diversos medios nacionales e internacionales.
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