X-Men: Primera generación – Crítica

Aunque X-Men es uno de los cómics más importantes de la historia, su contraparte fílmica ha sido irregular, tuvo dos primeras entregas brillantes –muchos consideran que X-Men 2 es una de las mejores cintas de superhéroes de la historia–, pero el cierre de la trilogía y el spin-off de X-Men Orígenes: Wolverine convirtieron a los mutantes en una caricatura de sí mismos.

El reto para Matthew Vaughn (Kick-Ass) era grande, pues de inicio las modificaciones cronológicas de la saga evitaron que contara con la auténtica primera generación del cómic, así como con otros mutantes de jerarquía: Storm, Gambit o Nightcrawler. Por ello, la película de X-Men: Primera generación se inclina por reflejar la relación entre Xavier y Magneto, quienes son brillantemente interpretados por James McAvoy y Michael Fassbender. El primero encarna al joven idealista, decidido a reclutar mutantes para utilizar sus habilidades en favor de la humanidad, mientras que el segundo da vida a un confundido, pero iracundo amo del magnetismo, quien planea a aniquilar al homo sapiens antes de que éste inicie un holocausto mutante.

El director también explora la juventud de viejos conocidos como Mystique y Beast –con interpretaciones bien logradas de Nicholas Hoult y Jennifer Lawrence– e introduce nuevos personajes a la franquicia como Banshee, un mutante cuya capacidad para volar finalmente es explotada y Havok, quien realiza duros ataques que no fueron ofrecidos por Cyclops en toda la trilogía. Por si esto fuera poco, se agradece la incursión de un grupo de villanos encabezados por el temible Sebastián Shaw (Kevin Bacon), cuyo poderío representa un nuevo e interesante reto para el grupo de héroes.

Efectivamente el filme no es fiel al cómic, pero el realizador respeta las personalidades de los nuevos mutantes y es coherente con aquellas que hemos visto en las anteriores entregas. A esto agreguemos que es la única cinta de la franquicia que hace justicia a cada uno de sus personajes, otorgándoles diversos momentos de gloria, por lo que todos aquellos que se quedaron con ganas de ver a Rogue en acción, o un verdadero Iceman en combate, saldrán satisfechos al ver intensos enfrentamientos de poder a poder.

A esto agreguemos que los villanos no temen revelar su naturaleza violenta en beneficio de una clasificación, sino que están conscientes que su supervivencia dependerá de sus acciones. X-Men: Primera generación tiene varias referencias al cómic y un par de interesantes cameos que serán bienvenidos por los aficionados.

Sin embargo, el filme no logra la calificación perfecta porque de nueva cuenta los efectos visuales lucen falsos en algunas escenas. Afortunadamente no caen en errores tan graves como los vistos en Orígenes, pero distraen la atención durante secuencias de acción que pudieron lucir perfectas. Aun así, la película de X-Men Primera generación no sólo rescatará la franquicia del bache en el que se encontraba, sino que deja una grata sensación de que efectivamente esto es sólo el inicio, y que lejos de ser una franquicia desgastada, todavía quedan muchas historias mutantes por ser exploradas. Habrá que esperar y ver si Wolverine logra mantener la calidad de la renovada franquicia el próximo año.

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Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.