Drive – Crítica

Nicolas Winding Refn ha demostrado ser un cineasta que se aproxima a la violencia de una forma diferente a cualquier realizador de Hollywood, esto lo podemos ver en Bronson (2008), donde un desconocido Tom Hardy es el eje de un hombre solitario pero agresivo a raíz de estar en prisión, y naturalmente en su más reciente película Drive, estrenada en el Festival de cine de Cannes, lo demuestra de forma más sutil y elegante.

En Drive, Ryan Gosling interpreta a un stunt de Hollywood al cual acuden ladrones para pedir sus servicios detrás del volante. Poco sabemos de él, es reservado y no dice mucho sobre su presente, mucho menos sobre su pasado, pero es cuando conoce a su vecina Irene (Cary Mulligan) que comenzamos a conocer su verdadera humanidad.

Refn logra uno de los más sólidos repartos del 2011; desde un Gosling adueñado del protagónico y una química perfecta con Mulligan. El resto son soportes que engranan a la precisión: Bryan Cranston, en un papel cercano al padre protector, y Ron Perlman junto con Albert Brooks completamente amenazantes –sin necesidad de usar la fuerza bruta. Así como el actor guatemalteco Oscar Isaac quien hace que su personaje, Standard Gabriel, sea el punto de quiebre de lo que venía siendo una vida tranquila y pasiva de nuestro héroe sin nombre.

En un momento donde los autos en Hollywood son asociados, ya sea con persecuciones de la franquicia Rápido y furioso o Transformers, la película de Drive basa totalmente su narrativa en la persona detrás del volante, el héroe que puede llegar a ser a pesar de la violencia que vive en él y la carrocería que lo protege.

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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.