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Cine

Los descendientes

02-02-2012, 9:48:54 AM Por:
Los descendientes

The Descendants es la mejor película de Alexander Payne a la fecha. Es agridulce e íntima, con perfectas actuaciones de George Clooney y Shailene Woodley.

Cine PREMIERE: 5
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El cineasta Alexander Payne logra de nuevo contarnos una historia con aquél humor negro que le conocemos desde La trampa (Election, 1999), pero ahora con una madurez evidente. Así, Los descendientes (The descendants) se convierte en una especie de clímax dentro de la filmografía del director, ya no son Las confesiones del Sr. Schmidt (About Schmidt, 2003), ni un Entre copas (Sideways, 2005), sino una cinta agridulce, con personajes repletos de defectos y una trama mucho más íntima.

La película sigue la historia del abogado Matt King, un padre que deberá reconectarse con sus hijas –Scottie (Amara Miller) de 10 años y Alexandra (Shailene Woodley) de 17– después de que su esposa sufre un accidente que la deja en coma. Pero lo más sobresaliente es que aún con los defectos del personaje, George Clooney le imprime gran empatía. Es una interpretación tan honesta y cruda, que deja atrás cualquier destello del glamour de Hollywood y otras películas de George Clooney. Y no sólo él se conecta con la audiencia, los demás miembros del elenco de Los descendientes lo logran también, siendo Woodley quien da una actuación repleta de distintos matices. Hay una escena en particular, filmada bajo el agua, donde la interpretación de la actriz es simplemente desgarradora.

El guión es otro de los puntos fuertes de Los descendientes, pues Nat Faxon, Jim Rash y el mismo Payne, logran con éxito que cada personaje esté cuidadosamente delineado y desarrollado. Su labor de adaptación de la novela homónima de Kaui Hart Hemmings mantiene un ritmo preciso, con un toque de humor cortesía –la mayor parte de las veces– del personaje de Sid (Nick Krause), el amigo “chistoso” de Alexandra. Él no sólo aligera la tensión de la trama, sino que emerge como un personaje que va más allá de ser sólo un surfista que le gusta ponerse high. Y la historia, en los momentos que podría convertirse en un melodrama de Hallmark, mantiene una estabilidad perfecta de la cual Payne es responsable. En manos de otro director la cinta podría haberse desviado, pero el cineasta sabe cómo mantener la línea narrativa sin exageraciones.

A la par del guión, la fotografía de Phedon Papamichael es simplemente espectacular. Ambientada en Hawai, hay una sensación de realidad y sinceridad en cada una de las tomas, y es que aquí el objetivo no es mostrar la versión glamorosa del paradisiaco lugar. Bien podríamos comparar la labor de Papamichael en la cinematografía, con la dirección de Payne, pues tanto Hawai como los personajes se deshacen su exceso de equipaje y se muestran tal y como son; sin pretensiones ni intenciones ocultas. Sólo son lo que son.

En definitiva valió la pena esperar durante 7 años un nuevo filme de Alexander Payne, sólo deseamos que su siguiente cinta no tarde tanto en realizarse.e el trailer de Los descendientes.

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autor Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com
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