Alejandro González Iñárritu urge sobre la necesidad de conservar la poesía en el cine
El cineasta cree que el manejo de la industria contemporánea predispone a las nuevas generaciones para ver otra clase de cine.
El director mexicano dos veces ganador del Oscar, Alejandro González Iñárritu, recibió recientemente el premio Corazón de Honor en el marco de la edición 25 del Festival de Cine de Sarajevo, el certamen fílmico más importante de los Balcanes. Durante su estancia, el realizador urgió a conservar los elementos narrativos que convierten al séptimo arte en una forma de expresión artística única.
El realizador de Amores perros (2000), Babel (2006) y Biutiful (2010) impartió una conferencia magistral donde expresó que el cine se ha convertido en «la forma de arte más importante del mundo», pero advirtió que la industria contemporánea está atrapada en una dicotomía, pues es
«Una orgía de intereses que están en la misma cama, con principios poéticos, pero al mismo tiempo es también una prostituta que cobra dinero».
Al profundizar al respecto, Iñárritu explicó que cada vez existen posiciones más radicales entre los realizadores. Por un lado, están los poetas que quieren realizar cine sin mover la cámara y sin un argumento. En el otro extremo, se encuentran los mercenarios que solo quieren hacer dinero.
Más tarde, en el marco de este evento, el cineasta conversó con Variety sobre su preocupación de que una nueva generación de cinéfilos sea incapaz de apreciar los elementos que distinguen al cine de otras expresiones artísticas.
«[La narrativa cinematográfica] necesita mucha más contemplación, un poco más de paciencia, debe ser un poco más misteriosa, más impenetrable, más poética, com más alma», dijo Iñárritu.
Para el director de Birdman (2014) y El Renacido (2015), el problema más desafiante que afronta la industria cinematográfica actual es que la narrativa de las grandes producciones y en las plataformas de streaming está encaminada a mantener a los espectadores constantemente entretenidos, premeditando al público para disfrutar de otro tipo de narraciones.
“[El lenguaje] está cambiando tan rápido que ahora las películas tienen que complacer de inmediato a la audiencia. Tienen que ser globales y tienen que ganar mucho dinero, por lo que ahora se convierten en un comercial de Coca-Cola que tiene que complacer al mundo. ¿Qué pasará con las generaciones más jóvenes que no podrán entender que una película puede ser poética, impenetrable o misteriosa?», aseveró.
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