Angry Birds 2: La película – Crítica

Presentados desde el filme anterior y establecida su camaradería, la secuela no pierde un instante en plantear antecedentes y los lanza -textualmente- a la acción. Red, Chuck y Bomb se aliarán con los cerditos, liderados por Leonard, para desarticular una amenaza en común. Una vez más, los créditos iniciales de la empresa finlandesa Rovio aparecen en la pantalla grande. 

Desde la premisa de esta nueva adaptación, se establece que la relación entre la isla de las aves y la isla de los cerdos ha evolucionado de una peligrosa rivalidad, a un amistoso antagonismo. Se trata de un continuo intercambio insular de bromas y travesuras, a través de las emblemáticas resorteras del videojuego, que fungen también como el principal medio de transporte de las aves. Por alguna extraña razón, esta segunda entrega tampoco alude a la imposibilidad para el vuelo de esta peculiar sociedad aviar. Salvo el águila, ningún otro habitante de la isla puede volar.

En términos narrativos, esta nueva entrega juega de forma afable y jocosa con los elementos básicos de la franquicia televisiva y fílmica de Misión: Imposible. El planteamiento del problema, la selección del personal especializado, el plan y su ejecución. Una improbable encomienda, con alto grado de peligrosidad que detonará constantes guiños al espectador.

Como contraparte de los héroes, veremos en pantalla una megalomanía propia de villano de James Bond, cuyo mejor homenaje y parodia están ya consignados en las películas de Austin Powers. Sin embargo, Zeta cumple con efectividad sus delirios de grandeza, lo cuales ejecuta con arma súper poderosa e incontables secuaces, en una ineludible y representativa guarida en una isla volcánica. 

En lo concerniente a la técnica de animación por computadora, el resultado es intachable, aunque sin ninguna aportación que deslumbre. De entre las nuevas presencias en la versión fílmica destaca Silver, la hermana nerd de Chuck e invaluable miembro novel del grupo. Sus aptitudes científicas, expresadas en constantes evaluaciones y cálculos, bien puede representar a los creadores y programadores de las distintas vertientes de los videojuegos. Es sabido que en cada versión de los juegos Angry Birds, hay un respeto implacable en cada cómputo, a la ciencia y en particular a las leyes de gravedad.

De forma paralela, a lo largo de la película se intercala la historia de tres polluelos y sus desesperados intentos por proteger unos huevos. El estilo evoca, sin resquemor ni pudor alguno, las desventuras de Scrat, la ardilla de La Era de Hielo. Incluso la trama principal se presenta en breves episodios -tan vertiginosos y trepidantes como Chuck-. Esto brinda agilidad a la cinta, aunque demerita en su cohesión argumental.

Como producto para el consumo familiar, Angry Birds 2 cumple su cometido. Los adultos disfrutarán el bombardeo de referentes de la cultura pop, muchos de ellos a través de la selección musical, y los pequeños gozarán el bien ejecutado humor slapstick.

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Charlie Del Río Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.