Arnold Schwarzenegger nunca ha sido acreedor a grandes premios dentro de la industria, pero esto no le ha impedido convertirse en uno de los actores más populares entre el público. Una carrera basada en la acción, pero complementada con un buen paso por la comedia y el cine familiar.
A continuación las mejores películas de Arnold Schwarzenegger .
Depredador (Dir. John McTiernan, 1987)
Arnold Schwarzenegger suele ser recordado por Terminator, pero también fue importante para la concepción de otra de las franquicias más destacadas de los 80: Depredador. No sólo eso, sino que fue uno de los roles más demandantes de su carrera, pues tuvo que bajar más de diez kilos para un físico más cercano a un militar; el rodaje nocturno implicó bajas temperaturas, la sensación térmica descendía más con una caracterización que requería cubrir su cuerpo de lodo; finalmente el actor y buena parte de la producción sufrieron problemas de salud por la falta de agua potable durante el rodaje en la selva mexicana. El público la abrazó con entusiasmo desde un inicio y aunque las primeras críticas no fueron las más favorables, el tiempo cambió la perspectiva para convertirla en uno de los grandes clásicos de su tiempo.
Maggie (Dir. Henry Hobson, 2015)
Arnold Schwarzenegger ha batallado por regresar a lo más alto desde su pausa política, pero esto no le ha impedido darnos algunas sorpresas. Tal es el caso de Maggie, donde interpreta a un amoroso padre que cuida de su hija mientras ésta se convierte en zombie. Aunque es una cinta de terror, la historia posee una fortísima carga dramática que le convirtió en uno de los papeles más desafiantes en toda la carrera de su protagonista. El actor cumplió con creces, convirtiéndose en lo mejor de la película junto con su coprotagonista Abigail Breslin, y demostrando así que estaba listo para afrontar retos histriónicos mayores dentro de otros géneros.
Un detective en el kínder (Dir. Ivan Reitman, 1990)
Arnold Schwarzenegger ya había demostrado su vena cómica con Gemelos (1988) e Infierno rojo (1988). Sin embargo, Un detective en el kinder fue un paso más allá al trasladar su rudeza a un jardín de niños, lo que resultaría en una de las cintas más divertidas de su carrera. Arnold Schwarzenegger fue determinante para el éxito del filme, no sólo por su actuación, sino por las condiciones que puso para aceptar el papel: un guion con familias rotas y crisis familiares, una mención a la importancia del deporte entre los más pequeños, así como la dirección de Ivan Reitman, con quien ya había trabajado en Gemelos (1988) y Junior (1994). Este último fue definitivo para que el elenco infantil luciera sumamente natural ante la presencia de una estrella consolidada como Arnie, con la instauración de algunas reglas básicas entre las que destacaban la disciplina y nunca mirar a la cámara. La película consolidó a su actor estelar en el cine familiar, le llevó a títulos como El último gran héroe (1993) y El regalo prometido (1996). Años más tarde fue imitado por otros actores de acción como Vin Diesel y Dwayne Johnson.
Commando (Dir. Mark L. Lester, 1985)
El austriaco da vida a un coronel de fuerzas especiales retirado y que debe regresar a la acción para rescatar a su hija secuestrada por un viejo subordinado. Quizá no sea la película más icónica de Arnold Schwarzenegger, pero fue fundamental para su consolidación dentro del one-man army, ya que John Matrix se encarga de 102 de las 109 víctimas fatales de la cinta para convertirse en uno de los personajes más letales de toda la carrera del actor. Su éxito en taquilla hizo que la producción bosquejara una secuela donde el veterano debe salvar a su hija Jenny de un edificio secuestrado, pero el actor no mostró ningún interés en retomar la historia. Luego de algunas correcciones, este proyecto terminó sentando las bases de Duro de matar (1988) protagonizada por Bruce Willis.
Gemelos (Dir. Ivan Reitman, 1988)
Arnold Schwarzenegger cimentó su éxito en la acción, pero esto no evitó un buen paso por la comedia. Su primera y más memorable película por este género fue Gemelos, donde interpretó a un inocente sujeto en busca de su hermano perdido, lo cual le conduce al mismísimo Danny DeVito. El austriaco siempre ha admitido que esta película se ubica entre sus mejores decisiones profesionales, ya que la dirección de Ivan Reitman le ayudó a demostrar que su talento histriónico iba más allá de patear traseros. A esto sumemos las grandes ganancias que le representó ya que, al acordar un porcentaje de su recaudación, recibió una paga considerablemente mayor que en cualquiera de las películas de Terminator. La dupla estelar y su realizador se reencontraron unos años después con Junior (1994), pero el proyecto quedó lejos de repetir el encanto. Quizá esto suceda con la largamente esperada secuela titulada Triplets, que contará con el retorno del equipo original, así como con la incorporación de Eddie Murphy.
El vengador del futuro (Dir. Paul Verhoeven, 1990)
RoboCop (1987) fue el primer gran éxito hollywoodense de Paul Verhoeven, pero El vengador del futuro marcó su verdadera consolidación en el cine norteamericano. Esto se debió a su fascinante historia inspirada en el cuento We Can Remember It for You Wholesale de Philip K. Dick, su brillante mezcla de efectos prácticos y digitales, así como la actuación estelar de Arnold Schwarzenegger como un hombre cuyos deseos por vivir unas vacaciones mentales en Marte terminan involucrándolo en una peligrosa aventura. Lo más curioso que ninguno de los dos era contemplado inicialmente para el proyecto e incluso fue Arnie quien recomendó al director basándose en su cinta anterior. Aunque la película generó opiniones encontradas de la crítica, fue estupendamente recibida por las audiencias y estuvo cerca de continuar con una secuela basada tibiamente en The Minority Report del propio Dick.
Conan el bárbaro (Dir. John Milius, 1982)
Arnold Schwarzenegger incursionó en el cine en 1970, pero no fue hasta 1982 que su carrera histriónica despegó gracias a que el director John Milius supo ver más allá de su faceta fisicoculturista para darle su primera gran oportunidad. El austriaco no decepcionó: su apariencia física resultó idónea para el guerrero, su acento que tanto complicó su salto hollywoodense fue aprovechado para aumentar la brutalidad del personaje, mientras que su carisma natural fue clave para la conquista definitiva del público. A esto sumemos su enorme compromiso con el entrenamiento en el uso de armas y equitación, así como su interés en dejarse crecer el cabello para lucir más natural. El resultado fue una de las franquicias más importantes de su época, además del comienzo de una carrera sumamente exitosa.
Mentiras verdaderas (Dir. James Cameron, 1994)
Luego de un exitoso paso por Terminator, la mancuerna integrada por James Cameron y Arnold Schwarzenegger se reencontró con Mentiras verdaderas, reinvención de la cinta francesa La Totale! (1991) sobre un hombre con una vida aparentemente ordinaria pero que realmente es un agente secreto. De hecho, el actor fue responsable de presentar la idea al cineasta, quien la aceptó confiando en el criterio de su estelar, así como por su propio interés por incursionar en la comedia. Fiel a su costumbre, Schwarzenegger mostró un enorme compromiso durante el rodaje, no sólo con las secuencias de acción, sino con su preparación de seis meses para la secuencia de tango. Los resultados no decepcionaron, pues aunque Mentiras verdaderas no se ubica entre las películas más taquilleras de la dupla, sí que es una de las más aclamadas por los amantes de la acción.
Terminator 2: El juicio final (Dir. James Cameron, 1991)
Una de esas secuelas que tiene lo necesario para superar a la original, de nueva cuenta apoyada por la presencia histriónica de Schwarzenegger. El actor regresa como un modelo T-800, pero con la peculiaridad de que ahora es la única esperanza de la resistencia para proteger a un joven John Connor de una máquina considerablemente más avanzada, cuyo molde de metal líquido le permite cambiar de apariencia para acercarse y convertir sus extremidades en todo tipo de armas blancas. A pesar de su inferioridad tecnológica, el austriaco se luce en su interpretación de un androide cuyo aprendizaje le permite evolucionar hasta ser casi humano, lo que resulta en una serie de interesantes reflexiones sobre la naturaleza de nuestra propia especie.
Terminator (Dir. James Cameron, 1984)
Uno de los grandes clásicos del cine, que además inició una de las franquicias más populares de la historia. La labor creativa de James Cameron fue clave para su éxito, pero también la elección de Arnold Schwarzenegger como el exterminador enviado del futuro para aniquilar a Sarah Connor y así evitar el nacimiento de su hijo John. Aunque hoy es considerado uno de los castings más atinados de todos los tiempos, estuvo cerca de no concretarse: hubo un tiempo en que OJ Simpson fue contemplado para el papel, pero fue descartado por tener una apariencia demasiado amable; Arnie fue considerado para encarnar a Kyle Reese, pero la idea fue desechada porque la producción quería a alguien menos fornido para dar una mayor sensibilidad al personaje.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.