Ausencia de blockbusters afectaría la reapertura de cines en EE.UU.
¿Querría la gente ir al cine si no proyectan la cinta que lleva meses (o años) esperando?
Mediante un amplio conjunto de pautas anunciado por el gobierno estadounidense, se expresa la muy comprensible urgencia de nuestro vecino del norte de reactivar su economía, visiblemente afectada —como en todo el mundo— por la pandemia de coronavirus. Este jueves, por ejemplo, el presidente Donald Trump vaticinó una paulatina reapertura de cines en el curso de los próximos meses, pero la ausencia de blockbusters podría devenir perjudicial.
Una gran mayoría de producciones potencialmente taquilleras han desestimado arribar a la pantalla grande antes de septiembre del 2020. Entre las películas que aún divisan un estreno veraniego, se encuentran Tenet (17 de julio), Mulán (24 de julio) y Wonder Woman 1984 (14 de agosto). De cualquier manera, el calendario de tales largometrajes todavía podría postergarse si no hay garantía de una asistencia masiva a los teatros.
Acorde a las declaraciones de Trump, la reapertura de cines sería algo gradual. Es decir que las exhibidoras comenzarán operaciones en entidades donde la propagación del COVID-19 se considere, como mínimo, en disminución.
Dicha medida evidentemente no es conveniente para titánicas cintas comerciales, en materia de recaudaciones. No sólo resultaría válido preverles un mediocre primer fin de semana en cartelera, con sólo un «x» porcentaje de teatros en funcionamiento. Además, algunas de las regiones norteamericanas más afectadas por el coronavirus componen los mayores mercados fílmicos a nivel local.
«[A cines en] Nueva York y Los Ángeles les va a tomar mucho más tiempo reabrir que [a cines en] Montana», comentó el analista de taquilla Jeff Bock (vía Variety). «Nadie estrenaría Mulán o Tenet si solo se trata de submercados. Simplemente no veo un gran éxito taquillero abriendo al bate, no importa cuánta seguridad tengamos. Tomará un tiempo para que las personas se adapten.»
Tanto el remake de Disney como el venidero filme de Christopher Nolan, mencionados en la cita anterior, son producciones que por la amplia expectativa —en situaciones normales— podrían acariciar e incluso superar los $1,000 MDD en taquilla mundial. Con una enormidad de cines extranjeros igualmente clausurados, menos ánimos existen de liberar aquellas películas (o similares) si las condiciones no devienen favorables.
Es más, según las pautas anunciadas por Trump, los cines que reabran deberán atenerse a medidas de distanciamiento por un tiempo. Esto es que las exhibidoras no podrán vender la totalidad de boletos correspondientes a una sala, en aras de mantener aislados a los espectadores desde sus respectivas butacas.
A la falta de títulos masivamente atractivos en sus marquesinas, el propio recelo de la audiencia se suma a los impedimentos para que cines en EE.UU. reanuden sus operaciones con normalidad. Aunque se levante la cuarentena, habrá público que quiera aguardar unos días más en casa por miedo a la pandemia. Y si en la pantalla grande no se proyecta la película que un fanático lleva meses (o años) esperando, menos querrá arriesgarse a pisar un teatro fílmico.
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Antonio G. Spíndola Tengo muy mala memoria. Por solidaridad con mis recuerdos, opto por perderme también. De preferencia, en una sala de cine.
