Beastie Boys Story – Crítica (Apple TV+)

Formar una banda con amigos en la secundaria o en la preparatoria parece ser parte del ritual adolescente entre aquellos fans de la música.  Naturalmente, el éxito o no de la banda también depende de la disciplina, del talento y de que no se atraviese aquello llamado vida, lo cual podría terminar por sepultar todos esos sueños. Ése sin embargo, no fue el caso de los Beastie Boys… o al menos no lo fue hasta que la vida de uno de sus integrantes llegó a su fin. 

El documental (disponible en Apple TV+) dirigido por el veterano colaborador de la banda de raperos, Spike Jonze, adapta el tour que hicieran Adam Horovitz y Michael Diamond por un par de ciudades en Estados Unidos. Así, estamos ante una adaptación de un tour, que a su vez es adaptación de un libro. Aquel tomo tiene el mismo nombre que esta película y en sus casi 600 páginas, nos presenta un sinfín de fotografías y anécdotas. Con esto en mente, es entendible que muchas de éstas quedaran fuera del show (el cual duraba poco más de tres horas) y del documental. 

De entrada, la edición de Beastie Boys Story recuerda mucho a esos especiales de stand up que de unos años para acá se han vuelto tan populares y accesibles gracias a las plataformas streaming. Aunque claro, narrativamente, aquí tenemos un recurso multimedia mucho más rico para ver fotos o videos de nuestros protagonistas cuando eran unos pubertos en Manhattan. 

El camino que decide tomar Spike Jonze junto con Mike D y Ad Rock es completamente lineal: el camino de los Beastie Boys desde que comenzaban a rapear con hojas de papel en la mano y hasta su rápido, muy rápido, ascenso. Naturalmente, como toda historia de sueños y éxitos digna, también presenciamos sus tropiezos y excesos. En este caso es el lanzamiento de su segundo álbum, tras el exitoso Licensed to Ill: Paul’s Boutique.

El documental aborda un tema crucial pocas veces tratado dentro de la creación artística: los fans y la madurez. A lo largo de las dos horas, la química natural entre Mike D y Ad Rock está ahí, intacta, son dos mejores amigos que pertenecieron a una banda de tres, y a quienes siempre les falta ese otro miembro. Lo más importante de todo es que somos testigos del crecimiento de tres personas desde la adolescencia hasta la adultez.

Spike Jonze inteligentemente decide mostrarnos momentos chuscos y el ‘desmadre’ que esperaríamos de los intérpretes de «(You Gotta) Fight for Your Right (To Party!)«, pero también se detiene a decirnos: «está bien eso… pero no podemos seguir siendo las mismas personas para siempre». Es ahí que nos hacen parte del viaje, de esta separación que tuvieron entre el primer y segundo álbum, donde dejaron de hablarse para después regresar y experimentar con sonidos y con las letras de sus canciones. 

Nos muestran, incluso dicho por ellos mismos, que Adam Yauch (también conocido como MCA) era el que siempre estuvo más en contacto con su espiritualidad y con su madurez. El ser testigos de cómo los Beastie Boys se adelantan incluso a conversaciones como el empoderamiento femenino con temas como “Sure shot” o “Song for the man” y a los raperos hablar sobre esos momentos de despertar, sin duda es un privilegio verlo en pantalla. 

Naturalmente los fans esperarían, entre otras cosas, un desarrollo más profundo sobre la creación de los videos musicales como «Sabotage» o «Intergallactic», y lamentablemente sólo tenemos pequeñas menciones al primero y ninguna al segundo. Pero nuevamente, son los Beastie Boys llevando la narrativa como ellos deciden, no se dejan llevar por lo que uno esperaría y eso también se agradece. 

Beastie Boys Story comienza con fiesta, bebida y más fiesta pero termina por ser un estudio sobre el proceso de maduración que todos vivimos pero no como individuos sino con nuestros amigos, donde todos van creciendo y madurando al mismo tiempo -o al menos sería lo ideal-. En el caso de los Beastie Boys en un abrir y cerrar de ojos son ya unos adultos que seguían rapeando y brincando en el escenario, pero ya maduros como seres humanos, principalmente gracias al desaparecido Adam Yauch.

Y al mismo tiempo se enfrentaron con los detractores, aquellos que les cuestionaban el por qué sus letras cambiaron de la fiesta y las chicas, a pedirle a los hombres respeto por las mujeres. Según estos reclamos, eso los hacía hipócritas, a lo que Adam Horovitz contestó: “Prefiero que para ti sea alguien hipócrita, a seguir siendo la misma persona para siempre”. Y ése es el espíritu de los tres chicos de Nueva York: se puede ser rebelde y maduro al mismo tiempo, y eso es el retrato más humano y honesto de Beastie Boys Story. 

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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.