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Coberturas

Berlinale 2020: Un festival con sorpresas y cambios

21-02-2020, 10:57:43 AM Por:
Berlinale 2020: Un festival con sorpresas y cambios

Con varios cambios, la Berlinale 2020 arrancó con nuevo look y con una película que bien podría darle un Óscar a Sigourney Weaver.

Son muchas las cosas que hacen de la Berlinale 2020 un festival -un poco o un mucho, según se quiera ver- distinto de los anteriores. De entrada debemos recordar de que se trata de su septuagésima edición, y ya se sabe lo mucho que gustan los números cerrados en el asunto de las conmemoraciones. Es así que el número 70 aparece por todos lados, ya en los pósters que se hallan estratégicamente ubicados en cada rincón de la ciudad, ya en la cortinilla que se proyecta previo a cada filme y que se ha convertido en un elemento inseparable de esta fiesta del cine.

Un número tan atractivo también sería usado por los organizadores para crear un galardón especial de aniversario, mismo que suplirá oportunamente al premio Alfred Bauer, el cual se otorgaba dese 1987 a películas consideradas innovadoras por sus propuestas narrativas y estilísticas. Y es que hará apenas unas pocas semanas, un reportaje publicado por el semanario Die Zeit denunció que el señor Bauer, quien entre otras cosas dirigió la Berlinale desde su fundación, en 1951 y hasta 1975, aparentemente colaboró con la dictadura nazi. Es de todos conocido que este tema es observado con lupa en Alemania, así que nadie se vio sorprendido con que, sin siquiera ahondar en detalles de las indagaciones, la dirección del festival suspendiera de manera inmediata la entrega de dicho reconocimiento, uno que por cierto reconoció la labor artística de Baz Luhrmann (Romeo y Julieta), Park Chan-wook (Oldboy) y el mexicano Fernando Eimbcke (Lake Tahoe), entre varios cineastas más. En cualquier caso, los encargados del festival han asegurado que apoyarán la realización de una investigación paralela dirigida a esclarecer el pasado de este ya polémico personaje.

A esta inesperada situación habría que agregar que, después de dieciocho años, la máxima responsabilidad de la Berlinale 2020 no recaerá más en manos de Dieter Kosslick. De hecho el nuevo capitán del barco no es uno sino dos: Mariette Rissenbeek en la dirección ejecutiva, y el italiano Carlo Chatrian como director artístico. De este modo, los cambios no se han limitado a una imagen más visual más sobria -nada de los ositos que tanto gustaba a Kosslick-, sino que también han desaparecido secciones como NATIVe y Kulinarisches Kino, y han surgido otras como Encounters, la cual está dedicada a la exhibición de obras de nuevos talentos. 

En pocas palabras a la Berlinale 2020, como a todo, también le llegó su “sexenazo”. Esperemos que para bien. 

Salinger a la Weaver

No hay ningún margen para la confusión: Sigourney Weaver tiene la personalidad avasalladora que todo el mundo se imagina que posee. Camina con paso de gigante -sus 1.81 metros son lucidos sin temor- y cuando habla todos callan en la sala de prensa. Su voz, profunda y elegante, se impone sobre los rechinidos de las sillas y la tos del periodista resfriado que nunca falta en este tipo de eventos. Viene por My Salinger Year, película dirigida por el canadiense Philippe Falardeau. En ella Weaver encarna a quien fuera la agente literaria de J. D. Salinger y otros escritores estadounidenses míticos, y lo hace tan bien que no sería nada descabellado augurarle una nominación futura para el Óscar de Mejor actriz de reparto. Quizás ella misma ya lo sabe y por eso se la ve tan segura, imponente, como si acabase de masacrar a una legión de aliens. Paradójicamente, su contraparte histriónica no podría ser más distinta: Margaret Qualley, quien da vida a una joven asistente recién llegada a la agencia -Weaver es su jefa- es todo timidez y contención. Habló poco y con voz muy delgada. Aunque no hay que confundirnos. Qualley realiza un trabajo espectacular en la película y es complicado pensar en una actriz de la actualidad que pudiese emularla en soltura y naturalidad. No por nada la hija de la también actriz Andie MacDowell es cada vez más solicitada por cineastas de prestigio, entre ellos Quentin Tarantino.

El filme se basa en la novela con tintes autobiográficos de Joanna Rikoff, quien también estuvo presente y confesó sentirse honrada con esta adaptación a su libro. Falardeau, por su parte, aseguró que no solamente quiso rendirle un pequeño homenaje al ya fallecido autor de El guardián entre el centeno, sino también a una época que, aunque parecería relativamente reciente, ha dejado de existir: “los noventas eran otro mundo, uno que todavía no había sido engullido por el Internet y que era ajeno a los teléfonos inteligentes. En ese mundo todavía confiábamos y valorábamos a la palabra escrita y para establecer una relación humana se necesitaba el contacto físico, personal”.

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autor Carlos Jesús (aka Chuy) es escritor y periodista freelance. Desde 2006 radica en Berlín, desde donde colabora para distintos medios. Sus pasiones son su familia, la cerveza, escribir relatos y el cine de los setenta.
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