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La historia del beso en el cine

14-02-2024, 4:30:00 PM Por:
La historia del beso en el cine

Un recorrido por la historia del beso en el cine. El primero y todos los que cambiaron la historia.

La historia del beso en el cine nos ha dado muchos momentos inolvidables. Los hay de todos los tipos: en la playa con el impacto de las olas (De aquí a la eternidad, 1953); en una cena romántica con un plato de pasta (La dama y el vagabundo, 1955); bajo la lluvia tras encontrar una mascota perdida (Desayuno con diamantes, 1961); los que señalan una traición (El padrino II, 1974) en la proa de un barco imposible de hundir (Titanic, 1997); o incluso de cabeza (Spider-Man, 2002).

El beso es un elemento tan recurrente en el celuloide, que muchas veces lo damos por sentado y olvidamos que —al igual que muchos otros elementos de la industria— atravesó por un largo proceso hasta convertirse en lo que es.

El primero de todos

La historia del beso en el cine nació hace más de 100 años, cuando William Heise —bajo las órdenes de Thomas Edison— capturó la acción en un cortometraje realizado en 1896. El video de apenas 25 segundos recurrió a los actores John Rice y May Irwin para recrear la escena final en la obra musical The Widow Jones. Más importante aún es que muestra un claro esfuerzo por filmar un beso sin sacrificar los rostros de sus protagonistas. Todo es inútil, pues la postura resulta en un ligero roce de labios. Es entonces cuando Rice decide improvisar y se posiciona lateralmente para besar de frente a Irwin.

La imagen provocó asombro y descontento en buena parte del público, ya que muchos lo consideraron un corto obsceno y pornográfico. La Iglesia Católica también participó en el debate cuando buscó censurar el cortometraje por considerarlo amoral. Hoy en día es una pieza histórica fundamental para comprender el cine. Así nació el beso fílmico y aunque ha evolucionado con la movilidad de la cámara y el ingenio creativo en la industria, sigue preservando esta misma base.

Beso de color

La polémica de The Kiss motivó a más creativos a jugar con las posibilidades del beso. Fueron muchos los que lo hicieron, pero pocos destacaron como William Selig con Something Good, también conocido bajo el nombre de Negro Kiss.

El cortometraje realizado en 1898 captura el primer beso cinematográfico de una pareja de color y el último hasta 1945. Más allá de este invaluable legado histórico, el proyecto resaltó por su desprendimiento de los estereotipos raciales de la época para enfocarse en la naturalidad, frescura y buena química de sus protagonistas Saint Suttle y Gertie Brown.

El filme permaneció desaparecido por décadas, hasta que una copia fue encontrada en una venta de garaje de Louisiana y restaurada por elementos de la Universidad de California del Sur y la Universidad de Chicago. El material fue incorporado casi inmediatamente a la Biblioteca del Congreso por su valor histórico.

El beso realista

Los primeros años del cine danés inspiraron toda clase de escándalos por el erotismo de sus películas y tuvieron una importante repercusión en la historia del beso en el cine. Buena parte de la controversia surgió con la creación del beso realista, en el que —según una crónica alemana de la época recuperada por Román Gubern en su libro Historia del cine— “los personajes no se contentan ya con besarse rápidamente como antes. Los labios se unen largamente, voluptuosamente y la mujer en pleno éxtasis, echa la cabeza hacia atrás”.

La mejor exponente de esta acción fue Hacia el abismo (Afgrunden), estrenada en 1911 y que convirtió a Asta Nielsen en una de las primeras estrellas cinematográficas de clase mundial. Sus películas causaron furor en las distintas taquillas europeas y la práctica no tardó en ser adoptada por las nacientes industrias mundiales.

El también llamado beso danés fue clave para llegar al beso que conocemos hoy en día. Por su parte, la sensualidad de Nielsen también resultó fundamental para la consolidación del cine negro con la mujer fatal como su máximo exponente.

Beso del mismo sexo

Los besos entre actores del mismo sexo son comunes en la actualidad y aunque es fácil pensar que sus orígenes en la historia del beso en el cine son relativamente recientes, lo cierto es que se remontan hasta 1927 con la cinta silente Wings. La película muestra a Charles Rogers y Richard Arlen interpretando a dos pilotos de combate cuya amistad sufre percances cuando ambos se enamoran de una misma mujer. Al final, la relación se ve quebrada por un accidente desafortunado, lo que resulta en una afectiva reconciliación sellada por un beso que apenas implica un ligero roce de labios. Más curioso es que el beso no fue motivo de polémica, al grado que no influyó para que la cinta fuera galardonada con el primer Premio de la Academia a Mejor película.

Marcel Danesi explica en su libro The History of the Kiss que la aceptación radicó en que “los besos en las trincheras eran comunes durante la II Guerra Mundial” y porque “no era realmente romántico, sino que reverberaba por el amor desesperado de dos queridos amigos que están a punto ser separados por la muerte”.

Más polémico fue el primer beso entre dos mujeres presentado en Morocco (1930) y protagonizado por Marlene Dietrich tras su interpretación de “Quand L’Amour Meurt” (“Cuando el amor muere”). A diferencia del beso en Wings, este se caracterizó por su alta carga sexual: la actriz vestida de smoking y sombrero de copa, pidiéndole una rosa a una mujer y finalmente robándole un beso con una gran sonrisa.

No pasó mucho tiempo para que los besos entre actores del mismo sexo fueran retirados del cine por sus supuestas faltas a la moral. Su regreso sería hasta 1971 con Sunday, Bloody Sunday (Schlesinger, 1971).

La autocensura de Hollywood

Los distintos grupos puritanos de los Estados Unidos señalaron a Hollywood como un símbolo de perversión por sus historias, sus escenas arriesgadas e incluso la excentricidad de sus estrellas. Esto provocó que la Asociación de Productores y Distribuidores Cinematográficos de América (MPPDA), comandada por Will H. Hays, estableciera un código de censura que según Gubern, “su objetivo final es que las películas americanas presenten una sociedad inmaculada, confortable, justa, ponderada, estable, aséptica y tranquilizante”.

El llamado Código de Producción Cinematográficatambién llamado Código Hays— entró en vigor en 1934 y repercutió directamente en la historia del beso en el cine, que a partir de entonces no podía ser lascivo, excesivo, ni tener una duración superior a los tres segundos. Fueron muchos los que desafiaron la imposición, siendo Alfred Hitchcock uno de los más ingeniosos con Notorious (Tuyo es mi corazón, en español, 1946), que incluye una secuencia de casi tres minutos con incontables besos. Ninguno superaba los tres segundos.

El Código estuvo vigente hasta 1968, cuando se recurrió al sistema de clasificación de la Asociación Cinematográfica de los Estados Unidos (MPAA).

La estética del beso

En 1942, la revista Life publicó una guía fotográfica con las posiciones más estéticas para besar. Esta publicación se vio directamente influenciada por el cine hollywoodense, que afectado por el Código Hays, tuvo que idear nuevas formas de capturar la emoción de un beso sin resultar excesivo. Fue en esta época cuando nacieron los clichés que muestran a las mujeres colocando la cabeza hacia atrás o levantando la pierna. Mención aparte para el llamado Dip Kiss, que se popularizó con la fotografía V-J Day in Times Square tomada durante las celebraciones del Día de la Victoria sobre Japón el 14 de agosto de 1945. Sobra decir que estas posiciones desaparecieron hacia los 60, cuando el Código se dejó de usar.

El beso interracial

Las acciones de Martin Luther King Jr. fueron determinantes para la igualdad racial en los Estados Unidos, pero lo cierto es que el cine también jugó una parte muy importante en el proceso. Seis años antes del mítico discurso “I Have a Dream, el director Robert Rossen hizo historia con Island in the Sun (1957), que mostró dos romances interraciales en una isla caribeña. Aunque las leyes americanas prohibían el matrimonio entre personas de distintas razas, la trama fue posible porque el Código Hays había retirado la prohibición a romances interraciales en 1956, es decir, apenas un año antes del estreno.

Lamentablemente, los esfuerzos se quedaron cortos porque la producción evitó mayores polémicas con un contacto físico mínimo entre sus actores: John Justin y Dorothy Dandridge sólo llegaron a un abrazo; Harry Belafonte y Joan Fontaine se conformaron con un apretón de manos. El rumor dice que el rodaje incluyó besos entre ambas parejas, pero las escenas nunca llegaron al corte final. Esto no evitó el rechazo de las audiencias sureñas y cartas de odio desde distintas regiones del país.

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Tuvieron que pasar casi diez años para que A Patch of Blue (1965), de Guy Green, capturara el primer beso interracial en la historia del beso en el cine entre Sidney Poitier y Elizabeth Hartman, quien interpreta a una invidente con la que se busca demostrar que el amor es ciego. La escena fue eliminada para las proyecciones en los estados sureños de la unión americana.

Más escandaloso fue el beso entre Katharine Houghton y el propio Poitier en ¿Sabes quién viene a cenar? (1967), catalogado de excesivamente apasionado aunque sólo sea visto en un espejo retrovisor. La actriz recordó en entrevista con Vanity Fair que “cuando lo filmamos […] había mucha tensión. Tremenda. Hay mucha gente en un rodaje, muchas opiniones políticas distintas. No todos tienen el mismo punto de vista […]. Toda la trama era un tabú. ¿Y para una comedia? ¿Sobre un matrimonio interracial? Fue todo un suceso”. Tanto Kramer como Houghton recibieron amenazas de muerte, pero también fueron muchos los que aplaudieron el esfuerzo en busca de una auténtica igualdad.

Destaca además que la exhibición del filme coincidió con el asesinato de Martin Luther King Jr., quien tenía una pequeña mención en tono sarcástico. La escena fue editada de inmediato, pero fue reinsertada en 1969.

El beso francés

Aunque el Código Hays se mantuvo vigente hasta 1968, su uso fue cada vez más desafiado por las diferentes producciones que buscaban capturar distintas caras de la sociedad. Tal fue el caso de Esplendor en la hierba (1961), que capturó las emociones encontradas de una adolescente (Natalie Wood) que debe decidirse entre respetar las normas morales de su familia o seguir sus pasiones juveniles. Al final, la chica es incapaz de resistirse a los encantos de su pareja (Warren Beatty), con quien termina fundiéndose en el primer beso francés en toda la historia del cine. La secuencia no generó tanto revuelo como uno podría imaginar, pues pasó a segundo plano ante la potente crítica a la represión social que enfrentaba la juventud americana de la época.

El beso animado

El beso es un elemento fundamental en varios cuentos de hadas y no sorprende que los estudios Disney hayan jugado un papel determinante en su salto al cine animado. Aunque existen muchos debates sobre cuál fue el primer beso en la historia de la técnica, muchos expertos coinciden en que el primero realmente memorable sucedió con el estreno de Blanca Nieves y los siete enanos (1937). La historia pudo ser muy diferente si la producción hubiera respetado los bosquejos originales que mostraban al príncipe robando un beso a doncella durante su primer encuentro.

“Era demasiado para un príncipe”, aseguró Fox Carney, gerente de investigación en la Biblioteca de Animación de Walt Disney [vía]. “El público podía pensar que ‘si fuera Blanca Nieves y el Príncipe me besa sin pedirme permiso, le abofetearía’. No era la historia que querían contar”. Afortunadamente el equipo creativo corrigió el camino y reservó el primer beso para uno de los momentos más memorable en toda la historia del cine.

historia del beso

Más curioso aún es que el realismo del beso animado en Disney llegó hasta el 2010, cuando Enredados se convirtió en la primera cinta animada que incluyó el sonido de un beso realista. Al respecto, el director Nathan Greno explicó “cuando la gente se besa hay un sonido emotivo y queríamos que todo fuera creíble y realista. Si eso es lo que pasa en la vida real, es lo que aparecerá en la película”.

Finalmente, Star contra las fuerzas del mal fue el primer proyecto infantil que mostró dibujos animados del mismo género en la historia del beso en el cine. La secuencia sucedió apenas en 2017, pero esto no evitó la enorme controversia: muchos aplaudieron la decisión al considerar que era la mejor manera de combatir la homofobia; otros la criticaron al asegurar que podía resultar perjudicial para los más pequeños.

Reconocimiento al beso

El beso es un elemento tan común en el cine, que las distintas producciones han realizado grandes esfuerzos por hacerlos cada vez más memorables. Algunos consideran que esta labor puede ser tan determinante para el éxito o fracaso de una película, que incluso merecería ser reconocida por los Premios de la Academia. La posibilidad parece virtualmente imposible, pero al menos nos queda el consuelo de que los MTV Movie Awards la tienen entre sus categorías fundadoras –el certamen comenzó en 1992– y más populares.

Algunas de las cintas ganadoras incluyen Mi primer beso (My Girl), Juegos sexuales (Cruel Intentions), Spider-Man, Diario de una pasión (The Notebook) y Secreto en la montaña (Brokeback Mountain). El récord de victorias pertenece a Kristen Stewart y Robert Pattinson tras ganar la categoría durante cuatro años consecutivos por Crepúsculo (Twilight). Finalmente, destaca la inesperada derrota de Titanic a labios de Drew Barrymore y Adam Sandler por La mejor de mis bodas (The Wedding Singer).

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autor Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.
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