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Coberturas

CANNES 2018: Scorsese presentó una versión restaurada de Enamorada

11-05-2018, 9:41:14 AM Por:
CANNES 2018: Scorsese presentó una versión restaurada de Enamorada

En el segundo día del Festival Cannes 2018 vimos la nueva película de Ciro Guerra, Pájaros de verano; la primera cinta keniana que se proyecta aquí, y Scorsese presentó una versión restaurada de Enamorada.

El pulso sanguíneo de un festival es el de una noticia que se escribe sobre la marcha, al mismo tiempo que ocurre. Quizá por eso, una cita anual como Cannes 2018 guarda para los periodistas una incertidumbre adrenalínica parecida a la de las guerras y las revoluciones. Esa ansia secreta y culposa por reportar los hechos más terribles, que se parecen al placer que algunos encuentran en ser enfáticos, juzgar de inmediato y al vapor, colgar adjetivos que puedan citarse —Ay, Twitter…— y vislumbrar los destinos futuros para las películas que, desde aquí, parten al encuentro de públicos más amplios, sensatos y con menos ansias de protagonismo.

La presencia constante en la Croisette de los equipos creativos de cada película alimentan uno de los vicios más antiguos del oficio: confundir a las obras con sus creadores. O lo que es lo mismo: tomar gimnasia por magnesia, y desviar la atención de la pantalla. No es que no haya casos que lo ameriten: si hay algo más apasionante que Apocalipsis ahora o Fitzcarraldo son las historias de sus tortuosas creaciones, y en unos días habremos de saber si el Quijote de Terry Gilliam entra en esta categoría o si, por el contrario, lo más interesante de la película lo vimos ya, sin verla.

El caso de Pájaros de verano, la película codirigida por Ciro Guerra junto a su exesposa y productora de siempre, Cristina Gallego, es un raro equilibrio entre lo que ocurre dentro y fuera de la pantalla. No deja de ser una buena anécdota el que los realizadores hayan decidido divorciarse antes de firmar una película, pero no me refiero a eso. Mezcla de épica garciamarqueana, crónica de narcotráfico y relato profundamente literario, Pájaros de verano parece un afortunado intento de Costa Gavras y Mario Puzo por hacer suyo Cien años de soledad. El resultado es potente, articulado, salpicado por secuencias extraordinarias y está estructurada con un sentido magnífico del ritmo. Filmada en el desierto, la película hablada en español y en una lengua originaria del norte de Colombia (wayuu) enfrentó condiciones meteorológicas adversas, bajones de presupuesto y hasta una supuesta maldición; por fortuna, nada de esto llega a notarse en pantalla.

Cannes 2018 pajaros de verano

Pero en Cannes, este enjambre de reflectores y micrófonos, no es difícil que otras películas generen conversación por las razones equivocadas. Es el caso de la película egipcia en competencia (Yomeddine, de A.B. Shawky) y la keniana exhibida en Una cierta mirada (Rafiki, de Wanuri Kahiu), que despiertan interés o polémicas por sus perfiles de producción: una es una ópera prima filmada con varias dificultades, situada en una colonia de lepra y protagonizada por un paciente auténtico de la enfermedad; la otra es la primera película keniana que se exhibe en La Croisette, una historia de amor entre dos chicas y, dado que la homosexualidad es un delito penalizado con cárcel, la cinta enfrenta una estricta prohibición para ser exhibida en su país de origen. El asunto es que, al final, las vibrantes o amargas circunstancias en las que existen ambas cintas resultan más llamativas que sus valores cinematográficos, que son correctos, pero medianos y con posibilidades muy limitadas para que sus causas tengan resonancia en un público más amplio que el del festival.

cannes 2018 Yomeddine

Y luego, al final, está el eterno Scorsese, quien llenó la jornada con todos sus eventos: conversó con cinco cineastas franceses, presentó una copia restaurada de Mean Streets —su primera película seleccionada para Cannes, en 1974—, otra de Enamorada en donde prodigó elogios a Emilio Fernández y a Gabriel Figueroa, y subió al escenario del Theatre Marriott para recibir el premio Carrosse d’Or que otorga la Sociedad de Realizadores de Francia, y lo hizo con los puños en alto, sonriendo, al ritmo atronador de «Jumpin’ Jack Flash«, quizá sin darse cuenta de la ironía: si el cine tuviera un Mick Jagger, sería Martin Scorsese.

cannes 2018 enamorada

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autor Periodista, cinéfilo y lector compulsivo, conductor en Mi cine tu cine (Once TV), locutor, jazzero y tragón. Miembro de la Semaine de la Critique de Cannes en 2014 y del Berlinale Talents Press. Estando antes en París, pasaba más tiempo dentro del cine que afuera, así que volví a la Ciudad de México en donde el cine es más barato y, digan lo que digan, se come mejor.
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