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Cine

Casi una gran estafa – Crítica

26-08-2017, 3:06:09 PM Por:
Casi una gran estafa – Crítica

La profundidad que tanto añora la cinta con Zuria Vega se le escapa constantemente; a cambio deja muchos huecos y poca introspección.

Cine PREMIERE: 1.5
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Comparado con el resto de las Bellas Artes, el cine tiene poco más de un siglo de existencia; sin embargo, las historias y la creación como actividades artísticas y culturales han existido desde tiempos inmemorables. Antes del inicio del arte pictórico ya había una tradición oral, a través de la cual el ser humano transmitió mitos, leyendas, verdades y de ahí se expandieron a la palabra escrita, la literatura, el teatro, la pintura… Esto no pretende ser una clase de historia, sino un brevísimo recordatorio de que pretender crear algo completamente nuevo, en pleno siglo 21, es una tarea imposible. No obstante, es el tema que oscila alrededor de la película mexicana Casi una gran estafa.

Esta desarticulada producción tiene la intención de hablar sobre la creación, desde la perspectiva autoral, a partir de un indefinido lapso de tiempo en la vida de una traductora simultánea (Zuria Vega, uno de los personajes más moderados de un exacerbado ensamble), mujer involucrada con un trío de amigos que robaron unos centenarios. El golpe fallido resulta en la desaparición de uno de ellos –el supuesto amor de la protagonista al que nunca vemos–, el encarcelamiento de otro (Juan Pablo Medina, cuñado de Vega en la vida real) y el intento de un tercero (David Fridman) por convertir la hazaña en una producción cinematográfica al “escribir” un guion.

¿Qué fue lo que ocurrió? ¿Qué salió mal y en qué consistía la supuesta gran estafa? Estos cuestionamientos nunca se responden, ya que en la trama se quieren abordar tantas aristas que, como dice la sabiduría popular, «habla de todo y de nada». La profundidad que tanto añora se le escapa constantemente; a cambio deja muchos huecos y poca introspección.

Por un lado, parece ser una parodia de la industria del cine, de las producciones fílmicas, pues «critica» la falta de agudeza y conocimiento cinematográfico de algunos directores –en este caso a través del cineasta que conduce la cinta que se está rodando con base en el atraco–, el poco reconocimiento que reciben los guionistas y el nulo esmero que se hace para elegir un elenco adecuado. Por otro, la gran ironía es que sucumbe ante muchas de las irregularidades que reprocha. Asimismo, caricaturiza la función del periodismo y del periodismo cinematográfico, al restarle toda la seriedad tanto a la fuente como al desempeño de los críticos.

El tono de parodia, de farsa, tampoco resulta favorecedor para adentrarse en un tema con implicaciones éticas como es el plagio. Para afianzar este argumento, el director Guillermo Barba nos muestra un claro guiño a Perros de reserva, de Quentin Tarantino, mientras disfraza su deshonestidad como «homenaje» cuando a todas luces se ve que no es su verdadera intención. Una cinta que aborda con mayor ahínco y sofisticación esta temática es Copia conforme, donde el iraní Abbas Kiarostami construye toda una disertación al respecto. No necesitábamos que Casi una gran estafa hiciera lo mismo, pero por lo menos que tuviera una trama congruente y no numerosos personajes dispersos sin una clara motivación ni camino.

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autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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