Cats – Crítica
Ahogado por una bola de pelos.
Hay películas que pasan a la historia colectiva y personal como eventos cinematográficos de proporciones épicas. Cats, sin duda, es una de ellas. No hay mejor forma de ver el nuevo musical de Tom Hopper que acompañado. Y es que son tantas la veces que uno se siente confundido por lo que ven sus ojos, que es necesario compartir ese aturdimiento cuasi etílico con alguien. Sin duda así será el futuro de Cats: la gente se reunirá para verla… y no parar de reír.
Por supuesto, ésta no era la forma en que Hooper y compañía querían que su adaptación del musical de Andrew Lloyd Webber fuera visto. Pero para su desgracia, una vez que habían comenzado, era ya muy tarde arrepentirse. Y lo mismo va para Universal, quienes seguramente sintieron lo mismo al momento de darle luz verde al proyecto.
Si Cats tiene alguna posibilidad de tener un efecto positivo sobre Hollywood, quizás éste sea el servir de ejemplo para aquellas ideas que «en papel» sonaban bien, pero que desde su ejecución ya se notaban problemáticas. Y es que sí, quizá la simple idea de «una adaptación cinematográfica de uno de los musicales más longevos de Broadway de la mano del director de Los miserables» sonaba como un proyecto ganador. Sin embargo, conforme avanzó la producción nadie se atrevió a detener el desastre. El ser humano, como los gatos, es un animal terco y orgulloso que no cederá hasta ver logrado su capricho.
La trama –porque la hay, aunque sea confusa– nos presenta a los gatos jellicle, una clase de felinos inventada por T.S. Eliot (autor del poema en que se basa el musical) que cada año tiene una ceremonia para escoger a un gato que «ascenderá» y reencarnará en una nueva vida. Básicamente cantan y cantan hasta que el mejor de ellos se muere.
Si el musical en teatro ha logrado tanto éxito internacional desde su estreno en 1982, ¿en qué falla Cats la película? Pues en primera, que la experiencia teatral es muy diferente a la cinematográfica. En las tablas al público se le pide usar su imaginación y entrar en la convención de que el escenario que tienen al frente es un mundo felino y los actores disfrazados con maquillaje excéntrico son, en realidad, gatos.
No obstante, en esta adaptación cinematográfica, la recreación de aquellos clásicos vestuarios se realizó con una mezcla de maquillaje, performance capture y CGI que nunca se decide si debe ser realista o mostrarnos un mundo de fantasía. Lejos de ser innovadores, los efectos visuales son un gran, gran distractor: especialmente en Rebel Wilson, James Corden, Judi Dench e Idris «esperen a que me quite el abrigo y me vean desnudo» Elba.
Los únicos elementos rescatables de «la nueva The Rocky Horror Picture Show» (como ha sido llamada por algunos críticos) son el diseño de arte y las canciones, aunque éstas provienen del material original, así que ése no es mérito precisamente de la película. Por su parte, la nueva canción que compuso Andrew Lloyd Webber junto a Taylor Swift, “Beautiful Ghosts”, cumple a secas con el único propósito de obtener una nominación al Oscar. Aunque a como van las cosas parece que ni eso logrará.
Cats se terminó ahogando con una enorme bola de pelos y ninguna de las nueve vidas que tendría pudo revivirla. El ser humano es capaz de crear las cosas más bellas, pero cuando juega a ser dios termina siendo el autor de pesadillas. En este caso, una con gatos antropomorfos como protagonistas. Aún así, lo cierto es que a diferencia de fracasos en taquilla y crítica como lo serían otras superproducciones como Liga de la Justicia, Máquinas mortales o Jupiter Ascending, el musical de Tom Hooper lejos está de ser un producto aburrido o mediocre. Estamos ante un evento visual de proporciones catastróficas, como lo sería un accidente automovilístico en el que sabemos que está mal mirar, pero todos necesitamos verlo con nuestros ojos para creerlo. Y eso pocas películas fallidas lo logran.
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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.
