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Cine

Chavela – Crítica

06-08-2018, 12:28:39 AM Por:
Chavela – Crítica

El documental de Catherine Gund y Daresha Kyi le da voz a Chavela Vargas para retratar a una sobreviviente.

Cine PREMIERE: 3.5
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Una Chavela Vargas de 71 años de edad platica cándidamente frente a la cámara informal de la cineasta Catherine Gund, con la seguridad de quien ha aprendido el arte de revivir el pasado y sus excesos sin ningún tipo de arrepentimiento. Ahí, la diva que se atrevió a experimentar y a cantar las pasiones que sólo les pertenecían a los hombres habla del privilegio de ser mujer, de cómo la palabra «lesbiana» fue usada en su tiempo para menospreciarla, de las mujeres a las que amó y del amor que recientemente la ha dejado por su alcoholismo: «La gente te deja de querer, ni modo», dice con ese dolor saboreado que se puede encontrar en todas sus canciones.

Esta plática, grabada de forma accidental a principios de los años 90, cuando Gund viajaba por México, es el centro del documental Chavelacuyo mérito principal es precisamente ese: permite que, a momentos, sea la misma cantante septuagenaria quien interprete, vea para atrás y reflexione sobre su propia historia. Dicha conversación, además, sucede justo en una etapa clave: la intérprete estaba cantando sobria por primera vez en su vida. Gund la captura al terminar el primer concierto que Vargas dio, tras 12 años fuera de los escenarios por el alcoholismo, y que, increíblemente, desembocaría en otros 20 de carrera exitosa, en España y en México.

Chavela

El peso del documental, entonces, está en las palabras de Chavela, no porque revelen alguna anécdota desconocida (esas se han contado por miles a través de las palabras de otros), sino porque muestra el detrás de su propio personaje, ese que le permitió vivir como quiso, pues su lesbianismo y su desafío a los estereotipos de la feminidad  solo fueron posibles en su juventud a través de él: en y desde el escenario. El tiempo en que ocurre esa plática íntima y desfachatada también es afortunado para los objetivos celebratorios de Gund, quien justo la captura a punto de su más importante resurrección: la etapa tardía en que Chavela finalmente se describiría como lesbiana y sería reconocida en los teatros grandes que antes le habían sido negados. Gund, Chavela –y algunas amigas de Gund que también estaban ahí– hablan como si se tratara del final, cuando tan sólo se trataba de otro inicio.

La conversación, sin embargo, no es todo lo que viste al documental. El resto del filme se compone de entrevistas con sus allegados y exparejas, incluyendo a la abogada con quien viviría esos 12 años de pausa, así como a las personalidades que compartieron su vida de una u otra forma: Pedro Almodóvar, Miguel Bosé y Tania Libertad, entre otros. Pero Gund –quien codirige con Daresha Kyi– se rehusa darle  todo el micrófono a otros, pues utiliza las propias canciones de Vargas para enmarcar la narración de las distintas etapas de su vida. Con ello, el efecto del filme –nutrido de los mitos ya conocidos de Chavela, como su amorío con Frida Kahlo– es parecido al de sus canciones: aunque ninguna tenía letras nuevas, era la voz y el sentimiento de Vargas lo que les daba bríos y profundidades nuevas. Los bríos y la frescura de la película Chavela también provienen, más que de su originalidad o innovación, de esa misma voz, que relata en primera persona sus pasiones: a veces de forma platicada, a veces cantada.

Chavela

La decisión de las directoras de poner las letras de algunas de las estrofas escritas en pantalla distraen un poco de lo que ocurre en ella, y el filme a momentos parece parcharse a sí mismo con imágenes de archivo atolondradas; sin embargo, es exitoso a la hora de dejar hablar a Chavela como una sobreviviente de sí misma. Gund encuentra –y resalta– en la historia de Vargas esa conexión entre arte y valentía que ha desarrollado a lo largo de su filmografía, desde sus largometrajes activistas con temas LGBT, hasta Born to Fly: Elizabeth Streb vs Gravity –centrado en la coreógrafa y los bailarines que desde las alturas desafían todas las leyes físicas y humanas posibles–. Muy en la tradición de Gund,  Chavela también es un filme sobre una artista que desafía convenciones de género, cuya sensibilidad vibraba en una frecuencia distinta al resto de los mortales, y cuya sexualidad se rebelaba en plena tierra de hombres. Es, finalmente, un documental sobre la soledad de quien vive intensamente. Sobre irse del mundo solo, no importa a cuántos se haya amado.

Chavela

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autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
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