Comic-Con 2020: Cineastas del horror latinoamericano revelan sus influencias

En el tercer día de actividades de Comic-Con At Home 2020, tuvo lugar un encuentro entre célebres cineastas que representan la nueva ola del horror latinoamericano. Se trata de las y los mexicanos Issa López (Vuelven), Isaac Ezban (El incidente), Víctor Osuna (Las reglas de la ruina) y Gigi Saul Guerrero (Culture Shock), junto con el cubano Alejandro Brugués (Juan de los muertos) y el argentino Demián Rugna (Aterrados). 

A continuación, hacemos una resumen de los comentarios que cada uno de estos realizadores y realizadoras vertió en el panel denominado Cine Latinoamericano de Horror 2: A veces ellos vuelven. Tales declaraciones refieren a aquellas influencias que detonaron su amor por el género del horror o que sentaron las bases para el tipo de historias que cada uno anhela contar en sus películas.

Alejandro Brugués

El argentino fue el primero (que no el único) en señalar al tapatío Guillermo del Toro como una de sus mayores influencias dentro del cine latinoamericano del horror. Explica que creció en Cuba durante los años 80, así que «no nos llegaban tantas cosas [películas] y menos del horror».

No obstante, Brugués tiene muy presente la película cubana ¡Vampiros en La Habana! (1985), la cual dejó marca en su infancia, resultó «de lo más divertido» que vio al crecer e influyó en su cinta de zombies Juan de los muertos (2011).

Por otro lado, el cineasta de 43 años habla del escritor Stephen King como responsable de algunas obras literarias que le inspiran y que incluso le motivaron a aprender inglés. No obstante, las letras hispanas no le son ajenas y destaca el trabajo de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Horacio Quiroga.

Isaac Ezban

Nuestro paisano igualmente exaltó el nombre de Guillermo del Toro, definiéndolo como «el titán que todos admiramos». Para Ezban, la grandeza en el cine del ganador del Óscar radica en su «modo especial» para abordar «etapas de la vida como el coming-of-age», situaciones realistas o el contraste entre la inocencia pueril y el mundo adulto, a través del género del horror. Esto inspiró al director de 34 años a siempre buscar el elemento humano en sus filmes de fantasía y ciencia ficción.

Por otro lado, Ezban reconoce que creció con Scream (1996) —la primera película dentro del género que vio—, como también con Pesadilla en la calle del infierno (1984), la filmografía de David Cronenberg y, en general, las cintas slasher de los años 70 y 80.

Resalta también su pasión por series televisivas como La dimensión desconocida (lo realista conviviendo con lo sobrenatural) y Lost (cuya esencia se disputaba entre lo profundo y lo siniestro).

Y respecto al ámbito literario, Ezban señala que intenta siempre leer un libro de Stephen King al año. Mención aparte que su filme El incidente (2014) estuvo parcialmente inspirado en la novela (que no la película) Cloud Atlas.

Gigi Saul Guerrero

La joven realizadora (nacida en México, radicada en Canadá) rememora que su acercamiento con el horror se dio desde que su abuela le contaba historias sobre la Llorona y el Coco.

Por otro lado, dice que el golpe fílmico llegó con Los niños del hombre (2006) pues la impresionó por su madurez y «narrativa visceral». De esta producción de Alfonso Cuarón, ella pasó a la filmografía de los otros dos «amigos» (del Toro y Alejandro G. Iñárritu), y de ahí al trabajo de Quentin Tarantino y Robert Rodriguez.

Asimismo, sobre su interés en las imágenes gore, la directora de Culture Shock (2019) rememora que un primer acercamiento surgió al ver grabaciones de cirugías plásticas, cuadro por cuadro, cuando era niña. Y tampoco olvida que al visitar McDonald’s en México, al lado había un puesto de periódicos donde no faltaban impresos con la imagen de algún descabezado.

Issa López

Para la directora de Vuelven (2017), también las historias de la abuela —un pueblo siendo visitado por el diablo, por ejemplo— fueron clave para zambullirse por primera vez en el horror. Pero esto se complementaba con cintas nacionales de los años 50 y 60, protagonizadas por el Santo, las Momias de Guanajuato o «nuestro propio Hombre Lobo latinoamericano».

Asimismo, López reconoce la importancia del director Carlos Taboada, «un peso pesado y una voz única dentro del género» con películas como Veneno para las hadas (1984), Hasta el viento tiene miedo (1968) y Más negro que la noche (1975).

Pero los cómics también han ejercido gran influencia en la filmografía de la mexicana; en específico, la serie The Sandman de Neil Gaiman, la cual inspira «el nervio de su trabajo» al versar sobre el choque entre la realidad y los sueños.

Mención aparte a novelistas como Fernanda Melchor, Mariana Enríquez y Carmen María Machado, quienes en sus historias «toman elementos de la vida real y los fusionan con verdadero horror visceral».

Víctor Osuna

«Una de las cosas importantes acerca del cine latinoamericano es que, de alguna manera, se lleva el horror en las venas», dice el director nacido en Guadalajara, aludiendo a películas de Cuarón (Los niños del hombre) e Iñárritu (Amores Perros), como también al trabajo de los cinco colegas con los que comparte panel.

No deja de mencionar, por supuesto, a Guillermo del Toro, Carlos Taboada y filmes mexicanos como El escapulario (1968), El vampiro (1957), La Llorona (1933) y El esqueleto de la señora Morales (1960).

Sobre referencias puramente visuales a las que recurre el director de Las reglas de la ruina (2018), menciona a artistas como Caravaggio, Zdzisław Beksiński y H.R. Giger.

Además, utiliza la música de The Smashing Pumpkins y Depeche Mode cuando quiere dejar volar su imaginación en pos de nuevas historias.

Demián Rugna

El argentino piensa en un «héroe local» de su país, el director Narciso Ibáñez Menta, si se trata de cineastas latinoamericanos de generaciones pasadas que dejaron huella en el género del horror. Fuera de él, Guillermo del Toro sigue siendo el máximo referente.

Por otro lado, Rugna esclarece que creció con el cine de Steven Spielberg y John Carpenter. Y cuando no veía películas, el futuro realizador de Aterrados (2017) creaba historias propias con sus soldados de juguete G.I. Joe.

Asimismo, de pequeño no le era difícil situarse en escenarios macabros siendo que su padre —dedicado a la brujería— realizaba sacrificios de animales, por lo que la casa donde el cineasta creció solía estar manchada de sangre de gallinas.

Entren aquí para ver el panel completo de Comic-Con At Home con estos seis grandes talentos del horror latinoamericano. ¿Cuál es su favorito?

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Antonio G. Spíndola Tengo muy mala memoria. Por solidaridad con mis recuerdos, opto por perderme también. De preferencia, en una sala de cine.