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Columnas

¡CÓMICO, MÁGICO, FESTIVAL!

11-11-2008, 6:18:55 PM Por:
¡CÓMICO, MÁGICO, FESTIVAL!

Sigo creyendo que los festivales de cine son una de las cosas más fascinantes que existen sobre la Tierra (Ademas de los tacos y el guacamole, por supuesto). Por eso rezo para que la mentada crisis no acabe los certámenes fílmicos porque entonces sí estaríamos en pleno apocalipsis. Y es que estas fiestas de cine […]

Sigo creyendo que los festivales de cine son una de las cosas más fascinantes que existen sobre la Tierra (Ademas de los tacos y el guacamole, por supuesto). Por eso rezo para que la mentada crisis no acabe los certámenes fílmicos porque entonces sí estaríamos en pleno apocalipsis.

Y es que estas fiestas de cine reúnen a los especímenes más raros y apasionantes, que viajan cientos de kilómetros para congregarlos en uno de los rituales más misteriosos de los tiempos modernos: devorar cine. Eso podría definirlo todo. El amor por esos 24 cuadros por segundo que previo a un proceso químico, y con la ayuda de otro proceso mecánico, permiten que nuestros ojos sean testigos de historias que parecerían ajenas y terminan moviéndonos moléculas de nuestro ser. Eso es magia.

En un festival de cine, por ejemplo en este de Mar del Plata, esa magia se prolonga por 10 días y permite que estos locos se embriguen de lo más reciente del cine mundial y latinoamericano. Y es que hace años que yo no veía colas (o filas) tan largas para entrar a ver una película de la que no saben ni el nombre, ni el país de origen y no digamos ya, el nombre del director.

Eso es lo que menos importa, el chiste es salir de casa, formarse, platicar con el de al lado, sentarse en la butaca y cruzar los dedos para que nos toque una de esas joyas. La aventura puede terminar en una decepción devastadora o provocar una  alegría que dure varios días, o toda una vida…

Todo empieza con las películas. Son ellas en realidad, las protagonistas de los certámenes fílmicos. Además están sus creadores, sus protagonistas, su público,  los críticos, periodistas y voluntarios, que le ponen más sabor a la fiesta.

Las películas llegan a una programación de dos maneras: porque se inscribieron a un concurso abierto o por invitación de un programador, que de inicio debe ser talentoso y cero envidioso. Les explico por qué: lo de talentoso porque debe tener  un ojo capaz de sorprenderse y lo de no ser envidioso, es porque al elegirla para un festival, lo que en realidad hace es compartir esa cinta con miles de personas más. 

Entre las estrellas de un festival también hay los que ya eran estrellas y los que durante esos diez días alcanzan ese grado. Y están también los polémicos, como El cant dels oscells, en la que al director catalán Albert Serra se le ocurrió poner a los tres reyes magos, gordos y erráticos, en su viaje hacia el portal de Belén. La película tiene una estética que deslumbra y una historia que cansa. Pero de que hay talento no queda la menor duda.

Lo polémico lo decía porque Serra ya es un personaje de este festival. Más de la mitad del público que entra a ver su película se sale de la sala y los pocos que aguantan al final, tienen como agradecimiento una frase como esta: "A mi no me importa en lo absoluto lo que piense el público de mi trabajo".

Mañana Serra ofrecerá una charla abierta y todos se preguntan si alguien se parará por ahí. Lo que es un hecho es que el ibérico tiene por estos lares una fama tan negativa, que  la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ya se puso celosa.

Lo que me hizo el día fue la imagen que acompaña este texto y en la que se lee lo siguiente: Vacúnate si sos macho. Obviame había más turistas retratando el letrerito, que machos poniéndose la vacuna contra la rubeola.

 

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