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Cine

Cómprame un revólver – Crítica

10-05-2019, 8:56:32 AM Por:
Cómprame un revólver – Crítica

Cómprame un revólver es un canto desesperado, una plegaria para que el desenlace de su narración no coincida con la realidad.

Cine PREMIERE: 4
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El cine de Julio Hernández Cordón suele retratar episodios definitorios en la vida de todo ser humano, como la juventud. Con Cómprame un revólver va aún más atrás para retomar otro periodo fundacional: la infancia, y las implicaciones de pertenecer al sexo femenino en un país misógino y anárquico.

En un futuro distópico pero alarmantemente probable, el narco ha disipado toda señal de autoridad y dirige el rumbo de la nación. En este infierno en la tierra –diría Luis Estrada–, las mujeres escasean –al igual que la reproducción poblacional–, y, como en Niños de hombre de Cuarón o en The Handmaid’s Tale, ser mujer resulta más peligroso que formar parte de un cártel. Las pocas sobrevivientes son secuestradas y capturadas por el narco para sus propios fines, incluso desde niñas.

Cómprame un revólver
Pese a su descarnado mundo, Huck se siente maravillada por la buena suerte de su padre.

Con este escenario como telón de fondo, una pequeña de nombre Huck oculta su rostro bajo una máscara, su cuerpo bajo ropa de niño y su cabello corto debajo de un sombrero de beisbol. Su pie está lesionado y en carne viva por la cadena que coarta su libertad y la mantiene cerca del cámper donde vive, porque “en este país todo se roban”. Su padre –al cual ayuda a mantener en orden un campo de beisbol que sicarios usan para su esparcimiento– ya lo perdió casi todo y siente pavor de que le arrebaten a la única persona que le queda. El hombre no piensa permitir que su niña chiquita sea uno de los tantos rostros olvidados en aquella tierra de nadie. Ya no hay cifras ni una autoridad que lleve la cuenta de los desastres, los muertos, los crímenes ni los secuestros. Ellos son sólo una más de las familias desmanteladas por una guerra sin cuartel.

Tal como en Vuelven, de Issa López, Hernández Cordón expone a las víctimas más vulnerables del crimen organizado: los niños. Muestra su orfandad y enaltece su inocencia –mejor escudo de la resiliencia– como arma para protegerse del horror. Huck tiene un trío de amigos que se esconden como pueden, incluso de formas muy creativas para camuflarse con la desolada naturaleza. Buscan huir de las jaulas donde los encierran los mismos hombres malos que les mutilan las extremidades. Cómprame un revólver, entonces, es un dibujo infernal, duro, doloroso y escabroso; tristemente, un escenario verídico en algunas partes del país desgarradas por las armas, los tiroteos, las masacres y las drogas.

cómprame un revólver
Los amigos de Huck son una alegoría del desarraigo y la orfandad, tal como los Niños Perdidos de Peter Pan.

Justamente por la crudeza de los temas, circunstancias y escenarios, el también realizador de Te prometo anarquía, unió a sus hijas Fabiana y Matilde Hernández a las filas del elenco. Como nos dijo en un texto que pueden encontrar en la edición #295 de Cine PREMIERE, ellas fueron su principal motivación para escribir la historia a causa del miedo que siente por el futuro que les depara en un país donde la violencia está enraizada en sus entrañas.

No obstante, pese a lo macabro del “cuento” que ellas y el resto del elenco infantil protagonizan, también hay un dejo de esperanza. Ésta radica en la infancia, en su posible incorruptibilidad, sus ganas por rectificar el mal y sobrevivir, así como en el realismo mágico a su alrededor. Cómprame un revólver es un canto desesperado, una plegaria para que el desenlace de su narración no coincida con la realidad, para que éste sea uno de los casos en los que la ficción supere a la realidad. Afortunadamente aún no hay nada escrito en piedra. El arte crea conciencia, y el cine puede provocar acción.

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autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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