En un mundo dominado por la corrupción, los secretos y los intereses, el cine se ha convertido en un canal determinante para la libertad de expresión al mostrar toda clase de controversias políticas . Algunas le han abierto los ojos al mundo, otras han motivado cambios políticos, pero absolutamente todas han generado incomodidad a las élites.
La lista es amplia y promete seguir creciendo de manera exponencial con el paso de los años, pero aquí recordamos algundas de las más impactantes que han saltado al cine y la televisión: desde las viejas investigaciones y teorías de conspiración hasta los más recientes escándalos desde la Casa Blanca .
Colosio: El asesinato (Dir. Carlos Bolado, 2012)
El cine mexicano ha realizado varias inmersiones en la historia política del país, siendo Colosio: El asesinato uno de los ejemplos más sonados. Tal y como su nombre lo indica, la película explora el atentado en el que Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), perdiera la vida en su gira por Tijuana en 1994. La película emula lo hecho por JFK (Stone, 1991) al desechar las conclusiones oficiales surgidas de más de 2,000 páginas de investigación que apuntaban a un crimen realizado de manera aislada por Mario Aburto Martínez, para así centrarse en las aún fuertes teorías que señalan la participación directa del Estado. Más controvertido aún fue el hecho que la película estrenara en julio de 2012, es decir, sólo unos meses antes de las elecciones de ese mismo año. Aunque Bolado omitió nombres y evitó acusaciones directas, confesó en varias ocasiones que el rodaje le generó cierto nerviosismo e incluso aseguró que un miembro de la producción recibió una extraña llamada en la que se le señaló que no levantara a los muertos. Ni siquiera estas advertencias evitaron su participación en las no menos controvertidas Tlatelolco Verano del 68 (2013) y Olvidados (2014).
Game Change (Dir. Jay Roach, 2012)
No se necesita ocupar una posición de máximo poder para convertirse en una figura de escándalo, ni para inspirar una de las mejores cintas políticas de los últimos años. Tal es el caso de Sarah Palin, gobernadora de Alaska cuyas características –género, edad y popularidad– le convirtieron en la candidata vicepresidencial del tibio John McCain que poco tenía que hacer ante el carismático Barack Obama en las elecciones presidenciales del 2008. La apuesta estuvo cerca de funcionar, pues hubo un momento en que los Republicanos tomaron ventaja en las encuestas, pero eventualmente fracasó por el controvertido pasado de la fémina, además de su ignorancia en temas políticos, históricos, geográficos y diplomáticos. Su derrota no implicó un final feliz: se dice que los buenos resultados de Palin motivaron a Donald Trump a buscar la presidencia unos años después. Ambos políticos son buenos amigos y colaboradores tan cercanos, que muchos la ubican entre las favoritas del mandatario para sucederle en la Casa Blanca.
Brexit: The Uncivil War (Dir. Toby Haynes, 2019)
El éxito de una campaña política no radica en lo que es mejor para un país, sino en la efectividad de su marketing. Así lo demuestra Brexit: The Uncivil War, cinta producida por HBO que muestra a Benedict Cumberbatch como Dominic Cummings, estratega que ideara la campaña del Brexit previa al referéndum que decidió la salida del Reino Unido de la Unión Europea. La cinta ha destacado por su actor estelar, pero su verdadera trascendencia radica en explorar la nueva forma de hacer política, aun cuando el adversario directo de Cummings le advierte que “no serás capaz de controlarlo”. Y así fue: aunque el filme culmina con un Reino Unido quebrado ante los resultados de la votación, la historia está lejos de terminar con algunos políticos británicos ansiosos por sellar su salida de la UE por miedo a que su democracia se vea manchada y otros dispuestos a todo por evitarlo ante las ventajas que representa la pertenencia al bloque.
No (Dir. Pablo Larraín, 2012)
La dictadura de Augusto Pinochet ha sido trasladada al cine en numerosas ocasiones, siendo No una de las más memorables, tanto por el estupendo trabajo creativo de Pablo Larraín, como por el impacto global tras su nominación al Oscar. La cinta chilena explora la campaña publicitaria contra la reelección del mandatario previa al plebiscito de 1988, que se basó en la alegría y el optimismo para obligar a las elecciones en 1990. Sin embargo, el proyecto también captura los métodos intimidatorios empleados por el mandatario, que de poco sirvieron en los resultados finales de la votación. El personaje de Gael García Bernal se inspira en el publicista chileno Eugenio García, quien restara méritos a su hazaña en entrevista con Pousta: “hice mi pega nomás, no fui un héroe ni ninguna huevá. Esto se convirtió en un fetiche, todos opinan, escriben libros, tienen distintas versiones ¡hasta el gobierno lo celebra! Es una cuestión muy rara”. Para conocer más sobre la dictadura, se puede recurrir a cintas como Il pleut sur Santiago (Soto, 1975), Machuca (Wood, 2004), Colonia Dignidad (Gallenberger, 2015) o Post Mortem (2010) dirigida por el propio Larraín.
La reina (Dir. Stephen Frears, 2016)
La muerte de Diana de Gales generó toda clase de rumores sobre la aparente culpabilidad de la corona británica y sólo era cuestión de tiempo para que alguien los trasladara a la pantalla grande. La responsabilidad fue para Stephen Frears con La reina, un filme que evita las acusaciones ciegas para centrarse en la crisis de imagen de la casa real tras el suceso. La historia se caracteriza por un ritmo que va aumentando en intensidad para capturar las adversidades enfrentadas por los altos mandos ingleses y por el estupendo trabajo de Helen Mirren, ganadora del Oscar a Mejor actriz por su estupenda interpretación del personaje titular. Los amantes de esta historia o de las teorías de conspiración pueden complementarla con títulos como Diana (Hirschbiegel, 2013) que se centra en sus últimos años de vida o con las entregas restantes de la llamada “Trilogía Blair”, integrada por The Deal (Frears, 2003) y The Special Relation (Loncraine, 2010). Al igual que La reina, todas con Michael Sheen realizando un gran trabajo como Tony Blair.
Il Divo (Dir. Paolo Sorrentino, 2008)
La política italiana ha protagonizado incontables escándalos por sus presuntos vínculos con la mafia. El tema ha sido capturado por numerosos creativos, pero pocos con la osadía de Paolo Sorrentino en Il Divo. El cineasta ofrece un interesante acercamiento a Giulio Andreotti, cuya larga carrera política –por años fue el ministro italiano más longevo desde la posguerra– se viera marcada por choques gubernamentales, acusaciones de corrupción, vínculos con el crimen organizado y asesinato de adversarios políticos. Estos sucesos motivaron su renuncia y lo llevaron hasta los tribunales, pero no minimizaron el aprecio de muchos que lo consideraron el tipo de líder que el país necesitaba. Más controvertido aún fue que la película estrenó cuando el político aún vivía, una auténtica osadía cuyo mayor galardón fueron los diez minutos de ovación que se llevó en el Festival de Cannes.
El vicepresidente: Más allá del poder (Dir. Adam McKay, 2018)
Dick Cheney nunca tuvo el impacto mediático de otros políticos, pero su influencia fue determinante para sumir al mundo en toda clase de problemas, que van de crisis financieras al terrorismo. Así lo exhibe El vicepresidente: Más allá del poder, que se apoya en el ingenio Adam McKay y el talento histriónico de Christian Bale para capturar el ascenso del que bien pudo ser catalogado como el hombre más poderoso de su tiempo, incluso por encima del presidente George W. Bush. Aunque la película cosechó varios premios y nominaciones en categorías de comedia, esta categorización sólo fue posible porque su producción recurrió a la ironía para sacar algunas sonrisas en medio de una tragedia que bien podría hacer llorar a cualquiera. No sorprende que el propio Bale dedicara su Golden Globe a Satán por darle la inspiración necesaria para encarnar al personaje.
Telets (Dir. Alexander Sokurov, 2001)
Alexander Sokurov siempre ha externado su amor por Rusia, pero también su preocupación por el país, tras asegurar a The New York Times que “hemos cometido todos los errores posibles. Fuimos los primeros en probar este experimento con el socialismo”. El cineasta ha capturado estas emociones a lo largo de su filmografía, siendo Telets el exponente perfecto. La segunda entrega de su tetralogía sobre el poder decadente se concentra un Lenin temeroso por el destino de la Unión Soviética ante el creciente poderío de Joseph Stalin, uno de los peores dictadores en toda la historia y cuya influencia aún puede palparse en el gigante euroasiático, así como en otros países aquejados por su dominio o su ideología. El título significa Tauro, signo zodiacal del ideólogo y con el que alude a un animal fuerte pero criado para el sacrificio, muy similar a lo que sucedió con “nuestro plan utópico, que fuimos tan tontos para confiar y creerlo de inmediato”. Nadie como el propio Sokurov para ahondar en el pasado del país con El arca rusa (2012) que explora 200 años de su historia, o en la infame búsqueda del poder con el resto de su tetralogía, complementada por Molokh (1999), Solntse (2005) y Faust (2011).
JFK (Dir. Oliver Stone, 1991)
Películas como Salvador (1986), Pelotón (1986), Nacido el cuatro de julio (1989), Nixon (1995) o Snowden (2016) han consolidado a Oliver Stone entre los mayores críticos políticos del cine. A pesar de sus respectivas controversias, nada supera lo hecho en JFK, catalogada como su auténtica obra maestra. La cinta se basa en los libros On the Trail of the Assassins de Jim Garrison y The Plot That Killed Kennedy de Jim Marrs para explorar la investigación del propio Garrison, antiguo fiscal de distrito de Nueva Orleans y quien develara una conspiración tras el asesinato de John F. Kennedy. Aunque el cineasta aseguró a The New York Times que “me tomé libertades creativas. No es una historia real per se”, la cinta incrementó las sospechas de la gente sobre la participación del gobierno americano en el asesinato ocurrido el 22 de noviembre de 1963. De hecho, se dice que el proyecto fue determinante para que en 1992, el presidente George Bush firmara un acta de liberación de documentos sellados, con fecha agendada para el 26 de octubre de 2017. A pesar de los esfuerzos, las teorías de conspiración alrededor de la mítica familia americana se mantienen firmes, apoyadas además por otras cintas como Bobby (Estevez, 2006), Jackie (Larraín, 2016) o Chappaquiddick (Curran, 2017).
Todos los hombres del presidente (Dir. Alan J. Pakula, 1976)
Richard Nixon es uno de los políticos más controvertidos de toda la historia y cuyo polémico accionar ha inspirado toda clase de películas. Ninguna tan famosa como Todos los hombres del presidente, donde Robert Redford y Dustin Hoffman interpretan a los periodistas que develaron los escándalos de Watergate que culminaron con la renuncia del mandatario norteamericano. La cinta sigue siendo objeto de admiración hasta nuestros días, con dos lecturas tan válidas como necesarias: muchos la consideran el ejemplo perfecto de la corrupción política en la era moderna, mientras que los más optimistas prefieren verla como un manual del buen periodista. De cualquier modo, se trata de una cinta memorable y que bien puede complementarse con otros filmes como Nixon (Stone, 1995), Frost/Nixon (Howard, 2008) y The Post (Spielberg, 2017), entre muchos otros.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.