Coraline y la puerta secreta (2009)

Si se permite el guiño lyncheano, la frase publicitaria de Coraline y la puerta secreta (Coraline, EUA, 2009) de Henry Selick (El extraño mundo de Jack 93 James y el durazno gigante 96 Monkeybone 01), podría haber sido “A little girl in trouble”. De manera duramente similar  al último largometraje de David Lynch, los espacios físicos en Coraline tienen una correspondencia con los espacios mentales, si se toma el otro mundo como una “literalización de la teoría surrealista como un estado perpetuo de sueño”.

Se tome como un sueño o como un auténtico viaje a una realidad paralela, la explosión lírica con que Selick retrata los dos mundos es delirante. Deliberadamente, la fotografía de toda la película es oscurecida, aunque el mundo “real” presenta los colores deslavados y el mundo “fantástico” presenta los colores brillantes, en tonos cálidos. Así mismo, como bien señala Nick Schager, el 3-D no es utilizado para elaborar trucos baratos en el espectador, sino para subrayar esas maniáticas profundidades de campo, a fin de que el espectador se sumerja en el universo de la película. La manera en que se ve el túnel palpitante al otro mundo, es una buena prueba de ello.

Una encantadora y cruel fábula, Coraline y la puerta secreta constituye una apuesta riesgosa en el cine animación, ajena tanto a las seguras cintas de animalitos de la Dreamworks como a la ñoñez aleccionadora de Pixar.

¿Quieres ser un emprendedor o emprendedora?
Conoce Emprendedor.com el mejor contenido de Ideas de Negocio, Startups, Franquicias, e Inspiración, síguenos y proyecta lo que eres.

Staff Cine PREMIERE Este texto fue ideado, creado y desarrollado al mismo tiempo por un equipo de expertos trabajando en armonía. Todos juntos. Una letra cada uno.