Cortometrajes en Morelia: semillero de cineastas
“Filmar un corto te abre posibilidades como realizador para probar cosas", dice Elisa Miller.
Una de las grandes ventajas de cualquier festival es la oportunidad de ver cintas que rara vez se proyectan en salas comerciales. Entre los más olvidados, encontramos al cortometraje. Basándonos en experiencias previas al distribuir el formato, vemos que la experiencia de IMCINE, por ejemplo, fue bastante desafortunada. Sobre esta cuestión los seleccionados del programa 4 del FICM opinan. “El cortometraje sigue siendo un ejercicio. Es cuestión de educación, tanto por parte de exhibidores como del público: no les interesa”, declara Julián Hernández, director de Vago rumor de mares en zozobra. La ganadora de la Palma de Oro, Elisa Millar y directora de Roma nos dice: “Filmar un corto te abre posibilidades como realizador para probar cosas. Es un medio de expresión”. Federico Gutiérrez, director de Vroom! – Vroom!, agrega: “Es una plataforma para darte a conocer y creo que el formato puede evolucionar a colecciones de cortos y aprovechar Internet para su distribución”. Es un formato poco conocido entre el público promedio, que además no tienen la capacidad de juzgarlo, ya que no les es accesible. A pesar de no ser redituable los realizadores están seguros de que es una forma creativa de que su voz sea escuchada. Mientras tanto, los festivales parecen ser la oportunidad perfecta para disfrutar del cortometraje y, con él, del talento mexicano naciente.
– Mary Carmen Albarrán / Enviada Morelia
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César Albarrán Torres Es investigador del Programa de Culturas Digitales de la Universidad de Sydney. Es el editor fundador de cinepremiere.com.mx y escribe sobre cine, televisión y tecnología en diversos medios nacionales e internacionales.
