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Cine

Criaturas fronterizas – Crítica

25-11-2019, 9:53:32 AM Por:
Criaturas fronterizas – Crítica

Criaturas fronterizas se vuelca en la mitología nórdica para hablar de la identidad, el racismo, el aislamiento, la intolerancia, el rencor y el amor.

Cine PREMIERE: 3.5
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Esta ambiciosa cinta de corte fantástico dirigida por el cineasta Ali Abbasi adapta un cuento de John Ajvide Lindqvist, autor de Déjame entrar, ese relato vampírico adolescente sobre el bullyng. Criaturas fronterizas, que tendrá estreno exclusivo en la cadena Cinépolis, se vuelca en la mitología nórdica para hacer una historia sobre trolls que habla de la identidad, el racismo, la venganza, la violencia, el aislamiento, la intolerancia, el rencor y el amor con cruentas dosis de realismo, corrosivas e hilarantes incorporaciones fantásticas y un blandengue relato moral.

La historia se centra en Tina (la veterana actriz sueca Eva Melander), una mujer con malformaciones en el rostro y cicatrices añejas que trabaja en la aduana portuaria. Posee la habilidad de oler las emociones de los pasajeros, por lo cual puede distinguir el miedo, la vergüenza o la culpa de los viajantes que ocultan algo que no debe pasarse por alto mientras olisquea mostrando sus dientes manchados.

Así es como da con un traficante de pornografía infantil que hace que la policía le pida su ayuda para capturar a la banda completa. Sin embargo, ese reconocimiento a sus habilidades extrasensoriales contrasta con su vida: tiene su casa en las afueras de la ciudad, en una zona boscosa, donde vive con su novio Roland (Jorgen Thorsson), quien atiende a sus perros de concurso con más afecto que el que le prodiga a ella y quien más bien parece sacar provecho de la relación. Ahí, aislada, suele dar paseos por los parajes solitarios en una especie de liberación en la que va mostrando su verdadera naturaleza. Hace visitas ocasionales a su padre (Sten Ljunggren), un hombre que vive en una casa de retiro donde le atienden su cada vez más desarrollada demencia senil.

El encuentro con Vore (el actor finés Eero Milonoff), un hombre que se le parece físicamente, cambia totalmente la vida de Tina. Ella sabe que él oculta algo, pero no sabe qué. En la segunda ocasión que lo para en la aduana, y que es sometido a una revisión física, confirma las sospechas de que tienen un parecido que va más allá de lo físico y que involucran una cuestión de especies distintas. Así, este relato se convierte en una historia sobre diversidad de género, experimentación, miedo al otro y segregación al que alude el simple hecho de que esta cinta se titule originalmente fronteras.

Y al mismo tiempo, con su conexión a la realidad, es un relato sobre la violencia, el crimen organizado (en este caso pedófilos) y el amor, que pone en la balanza los tintes moralizantes de la historia. Abbassi insiste en ser enfático en sus transgresiones hasta llegar a puntos hilarantes e intencionales. Se apoya en un par de soberbias actuaciones que requirieron de los actores no solo el sometimiento a un maquillaje de cuatro horas al día, sino de un desnudo crudo de emociones. Las decisiones de Tina, una persona que conecta con animales salvajes como zorros y ciervos, y que se opone al sufrimiento y a la insistencia de los hombres por hacer sufrir a su propia especie, tienen que ver con el amor y un dilema moral, lo que la convierte en una historia arquetípica alrededor de lo humano y lo instintivo que aflora en todo momento.

El realizador de origen iraní pero afincado entre Suecia y Dinamarca utilizó la mitología escandinava donde los trolls eran seres malignos que habitaban grutas y bosques. Solían representarse con apariencia humana y su principal amenaza era el rapto de bebés humanos para cambiarlos por recién nacidos de su propia especie, la mayoría incapaces de sobrevivir. Eso conecta con el tema del robo de bebés con fines escabrosamente infames. Es uno de los elementos más cruentos de esta historia que al final sigue la ruta clásica del descubrimiento de los orígenes, en este caso de una heroína peculiar.

Abbasi quiso comerse el mundo haciendo alusiones a diferentes temas de corte sociocultural desde una perspectiva crítica. Lo hizo con una película de temática fantástica que, no obstante, se estrelló contra el realismo que al mismo tiempo el director le imprimió a su película. El final, sorpresivo por su particular guiño esperanzador, es uno de los elementos fuertes de esta cinta salvaje, como ese encuentro amoroso entre los protagonistas.

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autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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