Marley y yo – Crítica de la película

Basado en el libro bestseller y autobiográfico de su autor John Grogan, Marley y yo reúne al a veces no tan simpático Owen Wilson, con la sí muy aplaudida Jennifer Aniston, en un drama que deja ver cómo una pareja estadounidense crece en busca de lo mejor para sí mismos, queriendo extender su familia no sólo con hijos, sino también con una mascota, Marley, caminando por situaciones difíciles, de alegría, y en general de lo que es la vida.

De entrada Marley es un agradable perro que destruye todo lo que se le ponga enfrente, algo difícil para los dueños, pero a la vez un extra, ya que su amor por el canino va más allá de lo material, lo cual se globaliza al espectador por inyectar cierta afinidad hacia el cuadrúpedo.

Wilson brinda una actuación palpable por dar imagen a John Grogan, mientras que Aniston lo hace con Jennifer Grogan, ambos  de clase media alta que sólo piensan en mejorar sus vidas al lado de Marley, que siempre sirve de eslabón para ellos, lo cual es el tópico principal de la película: prosperar como un todo. Además, Marley y yo tiene sus momentos humorísticos, nunca descuidando que su objetivo es un drama, lo cual se hace obvio hacia el final.

La trama puede ser muy cursi pero muchas personas pueden indentificarse con el guión de los escritores Scott Frank y Don Roos, así como también por el realismo que se impregna gracias a la experiencia de su director David Frankel, a quien se le reconoce mayoritariamente por su labor en El Diablo viste a la moda.

Marley y yo fue una producción que la gente abrazó desde su estreno.

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César Albarrán Torres Es investigador del Programa de Culturas Digitales de la Universidad de Sydney. Es el editor fundador de cinepremiere.com.mx y escribe sobre cine, televisión y tecnología en diversos medios nacionales e internacionales.