Desesperada – Crítica de la película

Retratar la angustia humana en pantalla no es algo que se deba tomar a la ligera. Existen numerosas cintas de suspenso que intentan ofrecer una sensación inmersiva al momento de relatar una crisis, ya sea producto de un trauma personal o una experiencia estresante. Afortunadamente, la película Desesperada se une a la tendencia con resultados decentes, pues no falla al momento de hacernos empatizar con el sentir de su protagonista ante el terrible suceso que funge como el motor de la narrativa. Esto es gracias a la combinación de dos factores: una magnífica actuación de Naomi Watts y un despliegue técnico de grandes proporciones. Sin embargo, el guion es genérico.

El filme nos coloca al centro de una tragedia. Amy Carr (Watts) queda al cuidado de sus hijos, Noah (Colton Gobbo) y Emily (Sierra Maltby) después de que, hace un año, su esposo falleciera en un accidente automovilístico. La pérdida en cuestión provoca una notoria falta de comunicación en la casa. Después de tratar de lidiar –sin éxito– con la depresión de Noah, Amy decide tomarse un día libre en el trabajo y salir a correr al bosque para despejarse.

Este conflicto se presenta a manera de introducción. Es aquí donde la construcción del conjunto presenta su primer tropiezo: los primeros 15 minutos vemos un melodrama familiar, pero, sin previo aviso, se deja de lado la propuesta de los contrastes generacionales. En su lugar entra un vertiginoso thriller que, sí, nos mantiene en constante estado de preocupación durante el resto del visionado. El escritor, Chris Sparling (El día del fin del mundo), hace todo lo que puede para enlazar dos situaciones diferentes. El resultado es forzado, pero no carece de lógica. Es fácil pasar por alto el abrupto giro.

Resulta que, durante su rutina de ejercicio, la protagonista recibe en su teléfono celular una alerta proveniente del departamento de policía del pueblo donde vive. El motivo de dicha alerta: toda la comunidad ha sido puesta en confinamiento, ya que un individuo inició un tiroteo en una escuela secundaria que, coincidentemente, es a la que asiste su hijo.

A partir de ese punto, las cosas se empiezan a poner medianamente interesantes. La película Desesperada se filmó en plena pandemia por COVID-19, con todas las medidas sanitarias. Quizás este dato parezca irrelevante, pero es necesario mencionarlo. Con economía de recursos, el largometraje logra mantener la tensión en todo momento. De hecho, la mayoría de los eventos tienen lugar en una sola locación. Se trata de la zona boscosa en la cual la madre hace su trayecto de trote. Al estilo de El culpable (2018), mucha de la acción sucede fuera de pantalla, llegando a la audiencia en forma de llamadas con voces en off muy bien producidas que hacen sumamente intensa la experiencia.

De manera inteligente, se les saca la vuelta a las evidentes limitantes impuestas por el periodo de cuarentena. Quienes asistan a la función deberán crear un universo entero en su mente. Mención aparte para el imponente trabajo vocal de Debra Wilson, quien interpreta a Dedra Wilkinson, una implacable y centrada operadora de la línea del 911. La forma –calmada, pero contundente– en la que entrega sus diálogos es clave para que todo funcione.

Crítica de la película Desesperada

Para complementar el atinado uso de las narraciones telefónicas, está la interpretación de Naomi Watts. Gracias a múltiples gestos faciales y cambios en su tono de voz, la británica nominada al premio de la Academia captura con gran realismo la desesperación –como el título lo indica– que provoca el no saber cómo se encuentra, emocionalmente hablando, un ser querido. Aunado a esto, es brutal la energía que la actriz proyecta cuando su personaje corre y se mueve en medio de la naturaleza. Comprometida a más no poder, contagia su angustia a cada fotograma.

Aunado a esto, tenemos la excelente fotografía de John Brawley (The Great). Con brío, la cámara sigue a la protagonista en su camino, orbitando de vez en cuando a su alrededor para acentuar la sensación de inestabilidad. Incluso, cuando menos lo esperamos, llegan pequeños destellos con encuadres cerrados que abonan a la inmersión. De igual forma, destaca la paleta de colores cálidos y brillantes utilizada en las tomas aéreas.

Y aunque la técnica mencionada anteriormente es sumamente efectiva, la idea se diluye un poco cuando se nos muestra la pantalla del celular, pues se pierde el ritmo de lo que imaginábamos. Por otro lado, hay ocasiones en las que el recurso se utiliza de manera excesiva. Es inverosímil que, cuando estamos en el punto máximo de adrenalina, Amy recibe una ráfaga imparable de notificaciones y llamadas que la distraen de lo que está haciendo. No cuadra para nada que esto suceda. Únicamente pasa para alargar ciertas secuencias.

También es extraño el enfoque de su mensaje principal. Sin afán de estropear nada, es preciso señalar que hay veces en las que se hace una torpe crítica al uso que los adolescentes les dan a las redes sociales. Además de esto, es engañosa la forma en la que se nos hace pensar que la responsabilidad de la violencia escolar recae en alguien que no tiene la menor intención de dañar a nadie.

Queda claro que se quería abordar la falta de eficacia control de armas, pero las motivaciones del atacante son minimizadas con tal de darle fuerza a una sugerencia que dista mucho del verdadero problema. Al final, todo se convierte en una petición para que padres y madres permanezcan atentos a las acciones de sus descendientes. ¿No se pudo haber creado una cinta en la que se hablara sólo de eso? Es probable que el suspenso se haya agregado a manera de caballo de Troya para darle visibilidad al tema social.

Desesperada quiere entretener y, al mismo tiempo, mostrar una realidad, quedándose a medio camino entre ambas ideas. Se diferencia de otras producciones del género al aprovechar al máximo la tecnología y el talento de su estelar. Pero sacrifica credibilidad al integrar escenas que, si bien son convenientes para la historia, no conectarán con quienes decidan darle una oportunidad.

Debido a la crisis sanitaria por COVID-19, en Cine PREMIERE te recomendamos revisar con las autoridades de salud las medidas sanitarias necesarias (especialmente el Lineamiento general para la mitigación y prevención de COVID-19 en espacios públicos cerrados) antes de acudir al cine a ver una película. 

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José Roberto Landaverde Me fascina escribir, escuchar, leer y comentar todo lo relacionado con el cine. Me encanta la música y soy fan de The Beatles, Fleetwood Mac y Paramore. Mis películas favoritas son Rocky y Back to the Future y obvio algún día subiré los "Philly Steps" y conduciré un DeLorean. Fiel creyente de que el cine es la mejor máquina teletransportadora, y también de que en la pantalla grande todos nos podemos ver representados.