Detalles de la exposición de Guillermo del Toro

Guillermo del Toro no tuvo una infancia común. Cuando tenía cuatro o seis años, según ha recordado en varias ocasiones, su abuela le colocaba corcholatas bocarriba en los zapatos “para que sangrara y así pagara con mi dolor a Jesús”, dijo el cineasta en 2017, en el Festival Lumière de Lyon, Francia. “A esa edad les juro que no había pecado”, afirmó rodeado de risas, “pero mi abuela decía que tenía que pagar por todos mis pecados o, de lo contrario, sería envuelto en llamas”, reportó la agencia EFE.

En su libro Gabinete de curiosidades, Del Toro relata que desde que era pequeño, y hasta que cumplió 20 años, leía un libro nuevo cada dos días y que, de haber podido, hubiera devorado cientos de títulos diariamente. “Leí cosas raras, realmente inapropiadas para mi edad”, escribió en dicha publicación. “Una vez, mi tía abuela no quería que leyera Nuestra señora de París, de Victor Hugo, ¡porque la iglesia local lo tenía dentro de su lista de libros prohibidos!”.

Sin embargo, como todo artista y rebelde hasta las entrañas, Guillermo fue devorando toda pieza de arte que se cruzaba por su camino: desde las obras completas de Edgar Allan Poe y H.P. Lovecraft, hasta enciclopedias médicas y libros de apreciación de arte. Mientras descubría a los monstruos clásicos de la literatura, también leía sobre tumores, parásitos y enfermedades, que poco a poco fueron ayudándole a inventar a sus criaturas.

“En la televisión pasaban una serie con un mutante calvo y ojos gigantes”, recordó el cineasta en Lyon. “Yo estaba en la cuna y empecé a gritar. Mi psicoanalista me dijo posteriormente que eso me creó una especie de síndrome de Estocolmo. De ahí que adore ahora a los monstruos”.

La guarida de un genio

“Estaba perdido cuando los monstruos me encontraron”, escribió Guillermo en el libro At Home With Monsters, catálogo de su famosa exposición. “Y estos seres me miraban con amabilidad porque ellos, también, eran marginados en este mundo absurdo, que demanda una perfección imposible sin dar nada a cambio”, dijo. “Los monstruos hoy son una verdadera familia para mí. Y en Bleak House he construido un templo para ellos”.

Por años, los admiradores del responsable de cintas como La cumbre escarlata y La forma del agua leyeron historias sobre los tesoros invaluables que Bleak House resguarda, entre pasadizos secretos, libreros deslizantes y retratos que te siguen mientras caminas. Un esfuerzo conjunto de tres museos de las ciudades de Los Ángeles, Minneapolis y Toronto consolidó finalmente At Home With Monsters, lo que ha permitido al público adentrarse en esa colección envidiable.

A partir de 2016, los asistentes han tenido la oportunidad de estar frente a frente con el Hombre Pálido de El laberinto del Fauno, el Ángel de la Muerte de Hellboy, el dispositivo chupasangre de Cronos o hasta personajes creados para la adaptación de En las montañas de la locura. Si bien la exposición ha variado en su curaduría en cada una de las tres ciudades donde se ha presentado, la exhibición de los objetos más peculiares de la colección personal de Guillermo del Toro se ha convertido en una oportunidad única de explorar el alma y las motivaciones de un genio cinematográfico.

En casa con mis monstruos cuenta con pinturas, dibujos, maquetas, artefactos y arte conceptual de todos los proyectos en los que Guillermo se ha involucrado: Desde Doña Lupe, su primer corto dirigido en 1985, hasta los bocetos, esculturas y guiones de sus proyectos aún sin concretarse. De esta forma, sus más de 900 piezas permiten entender todo lo que ha construido aquel niño que comenzó a dirigir cortometrajes a los ocho años, el mismo que de adolescente sería el cácaro de un pequeño cineclub en Guadalajara y que descubriría con Luis Buñuel que el cine podía ser arte.

Del Toro vuelve así a su ciudad natal: acompañado de sus monstruos. El director ha prometido que la curaduría presentada en México será la más completa que se haya exhibido antes. Aquí, en su casa, sus criaturas se sumarán a las aventuras de El Santo o Fantomas; a los misterios presentados en revistas como Duda o Tradiciones y leyendas de la colonia; al recuerdo de personajes clave en su vida, como el animador Rigo Mora o el cineasta Jaime Humberto Hermosillo; y a las criaturas creadas para la serie Hora Marcada.

“Los monstruos hoy son una verdadera familia para mí. No son efigies recolectadas con fines de lucro o debido a una manía completista”, continúa Guillermo en el libro At Home With Monsters. “Y ellos son un reflejo del mundo como lo entiendo, de la forma en que existe en mi alma”.

En casa con mis monstruos inaugurará el 1 de junio de 2019 en las instalaciones del MUSA, el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara y estará disponible hasta el 27 de octubre del mismo año. La curaduría de los 900 objetos presentes han sido elegidos bajo la curaduría del galardonado diseñador de producción Eugenio Caballero, ganador del Oscar por El laberinto del Fauno.

El boleto de entrada a En casa con mis monstruos tendrá un costo de $180 al comprarlos en el sitio web de la exposición o a través del servicio Ticketmaster. El boleto para estudiantes será de $150 pesos al adquirirlos directamente en las taquillas del MUSA, el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara. Por petición del director, la entrada será gratuita todos los lunes.

Durante este tiempo también se estarán exhibiendo todas las películas de Guillermo del Toro al igual que películas curadas por él. El boleto de la exposición incluye la entrada a una de estas funciones.

¿Te interesa el mundo del emprendimiento?
Conoce Emprendedor.com el medio lider en contenido de Ideas de Negocio, Startups, Finanzas, Noticias para emprendedores, Franquicias, Marketing, Inspiración, síguenos y proyecta lo que eres.

Arturo Magaña Arce Apasionado de ver, escribir, leer, investigar y hablar sobre cine en todas sus formas. Soy fan de Star Wars, me sé de memoria todos los capítulos de Friends y si me preguntan de cine mexicano, no hay quien me calle. Editor en Cine PREMIERE.