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Cine

Día de la Independencia: Contraataque

18-06-2016, 5:35:11 PM Por:
Día de la Independencia: Contraataque

Independence Day: Resurgence no se desvía de lo que promete: un ligerísimo y absurdo tono con muchos efectos especiales.

Cine PREMIERE: 3
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Qué tino. Qué precisión. ¡Qué puntería! Dos décadas después del ataque del Día de la Independencia, el cual culminó con la victoria de la raza humana un 4 de julio, los invasores regresan. Y lo hacen con monstruosa puntualidad.

Los extraterrestres llegan justo a tiempo para el festejo del 20 aniversario de su derrota. Pero aquellos gigantescos platillos voladores del pasado, palidecen en comparación de la nueva nave nodriza, que literalmente no cabe en la pantalla del cine. Ni en IMAX.

El director Roland Emmerich, junto con el productor y guionista Dean Devlin, parecen haber llevado al máximo extremo posible el slogan de su Godzilla de 1998: El tamaño sí importa.




Todo será más grande y monumental. Un mundo al borde de su destrucción, y grandilocuentes efectos especiales para demostrarlo, son las promesas para el espectador, que sin duda se cumplen en impecable 3D. Pero a la vez, el filme se nutre de la nostalgia de su antecesora. De ahí el regreso de varios de los personajes originales, y la presentación de una nueva camada (nada memorable) de combatientes por el planeta.


Después de la guerra del ’96, que sólo duró un par de días, la humanidad y sus países aprendieron a vivir en armonía y a trabajar en equipo. Desarrollaron la tecnología alienígena y se prepararon para un posible contraataque. El discurso patriotero de la cinta original se diluye un poco (no mucho), en un nuevo filme que se esfuerza por presentar una sociedad global pacífica e incluyente: una mujer en la silla presidencial de los Estados Unidos, una fuerza multinacional de defensa planetaria (con los gringos a la cabeza, of course), relaciones sentimentales del mismo género, trabajo en equipo, solidaridad, etc.


Una de las características de la primera película es que no se tomaba en serio a sí misma. Y, sin duda, esa fue parte clave de su rotundo éxito en taquilla. Era en efecto una película de corte apocalíptico, pero tan ligera, sensacionalista, vistosa y cargada de toques de humor, que la convirtieron en un blockbuster instantáneo.

La tardía secuela apela a esos mismos objetivos, pero sin el factor sorpresa que tanto gozó más de una generación. Ciertamente no nos venden más de lo que es. Como público nos podemos regodear y disfrutar la disparatada e incoherente trama, que no sólo toma elementos de su propia mitología, sino que cuenta con incontables referentes a otros filmes: Encuentros cercanos del tercer tipo, con aquella misma imagen en el subconsciente de diferentes individuos; la relación hija-novio-padre sacrificado de Armaggedon; la imponente reina de Aliens; una esfera que nos recuerda el Discovery de 2001: Odisea del espacio; y muchas otras más. Amén de varios clichés que incluyen hasta un camión escolar lleno de niños en peligro. 


Lejos estamos de la huella que dejó la original en la cultura popular. Y son además tantos los personajes y las subtramas, que al final en realidad no nos importan mucho. Pero no hay porqué fingir, estamos aquí por las explosiones. 

Cuando vemos en una película como esta que la amenaza espacial es del tamaño del océano Atlántico, ¿nos alarmamos y sufrimos por la humanidad?… ¿O mejor sonreímos desde la comodidad de nuestra butaca?

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autor Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.
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