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Cine

Distancias cortas – Crítica

10-07-2017, 10:42:34 AM Por:
Distancias cortas – Crítica

Una suerte de fábula moderna que apuesta por un melodrama intimista y realista no exento de humor.

Cine PREMIERE: 3.5
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La obesidad es un tópico cinematográfico por excelencia: “El gordo” suele provocar hilaridad. Es un personaje de apoyo notable para situaciones de humor no exentas de crueldad o burla. Sin embargo, así es el cine; un reflejo de la realidad donde cualquiera con un pequeño “defecto” se trastoca en el blanco de la pulla y el sarcasmo y más aún aquellos cuyo sobrepeso es abrumador. En ese sentido, figuras de la comedia como Adam Sandler (Click: Perdiendo el control), Eddie Murphy (El profesor chiflado), o Mike Myers (Austin Powers) han apostado por “engordar” vía efectos visuales para catapultar el tono mordaz de la trama ensanchando a sus personajes a extremos grotescos.

Por supuesto, el tema de los personajes robustos también ha dado pie a otro tipo de reflexiones más sensibles como sucede en Amor ciego (Bobby y Peter Farrelly, 2001) en la que Jack Black, debido a una suerte de hechizo mágico, cree estar enamorando a la preciosa y esbelta Gwyneth Paltrow, cuando en realidad se trata de una encantadora y muy robusta mujer halagada con las atenciones que recibe del protagonista. La cinta española Gordos (Daniel Sánchez Arévalo, 2009) funciona como una inteligente cinta coral sobre los problemas de obesidad de un grupo de personajes obsesionados con su peso, traumatizados por las burlas y plagados de temores y culpas.

Distancias cortas (2016) producida a través del programa de óperas primas del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) con la que debuta Alejandro Guzmán Álvarez con un guion de la también principiante Itzel Lara –ambos nominados al Ariel de Ópera Prima y Mejor guion original–, resulta un sincero y sensible acercamiento al asunto del sobrepeso. Un relato de dignidad y de amistad que se conecta hasta cierto punto con otro filme mexicano de la también egresada del CCC, Mariana Chenillo: Paraíso, la historia de un joven matrimonio de gorditos que inician una escalada de problemas cuando dejan su hogar en Ciudad Satélite y se mudan al DF y él decide con férrea tenacidad, bajar de peso.

El filme de Guzmán Álvarez es una suerte de fábula moderna en una urbe agresiva y vertiginosa como lo es la Ciudad de México, centrada en un hombrón de poco más de 200 kilogramos de peso y alrededor de 40 años llamado Federico o Fede, quien vive encerrado en una casa desordenada y dada al catre típica de un acumulador compulsivo, debido a lo complicado que resulta para él desplazarse no sólo a la calle, sino incluso dentro de su propio hogar. Para Fede el único contacto con el exterior es a través de su llenita hermana Rosaura (Martha Claudia Moreno) –nominada al Ariel a Mejor actriz de cuadro– y del buen marido de ésta, Ramón (Mauricio Isaac, nominado al Ariel de Co-actuación masculina). No obstante, cuando Fede (Luca Ortega, baterista de la banda San Pascualito Rey, autor a su vez de la música del filme y nominado a los Arieles de Mejor revelación y música original) encuentra un viejo rollo perdido aún sin revelar de una cámara fotográfica suya, decidirá salir de su enclaustramiento. Así, conocerá a otro marginado igual que él: Paulo (Joel Figueroa), un joven solitario fanático de las historietas que le conseguirá una cámara usada; y junto con éste y Ramón, su cuñado, Fede no sólo encontrará en la fotografía algo más que un pasatiempo, descubrirá a su vez que los horizontes pueden extenderse más allá de su ruinosa habitación.

Asistente de realización de todas las películas de Emilio Portes el mismo de Conozca la cabeza de Juan Pérez, Pastorela, El crimen del cácaro Gumaro, el sinaloense Alejandro Guzmán Álvarez es el autor del espléndido corto El otro José realizado durante su estadía en el CCC y protagonizado por un estupendo e incipiente Joaquín Cosío como un novio celoso y violento de Mónica Huarte, en la que quedaba claro que su protagonista conseguiría en breve una meteórica carrera como actor.

Como sucede en otras producciones del CCC: Entre la noche y el día (Bernardo Arellano, 2011) o Sopladora de hojas (Alejandro Iglesias Mendizábal, 2015), Distancias cortas apuesta por un melodrama intimista y realista no exento de humor que busca la complicidad con el espectador para rastrear en el lado sensible y humano de sus personajes. Personajes que no son ni buenos, ni malos, u oscuros o luminosos, sino que tienen sus caídas, sus temores y sus aciertos y que intentan sobrevivir en una ciudad capaz de doblegar al más fuerte y en la que aún pueden localizarse destellos de solidaridad, comprensión y sensibilidad.

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autor Escribe en Reforma desde 1996. Investigador de la Cineteca Nacional, Filmoteca de la UNAM e integrante del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Ha escrito más de 15 libros sobre cine mexicano, criminalidad y biografías de grandes figuras y el guion de Borrar de la memoria (Alfredo Gurrola, 2010).
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